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CIUDAD DE MÉXICO, 25 de mayo de 2018.- Dejar de usar los combustibles fósiles es una necesidad urgente, no sólo para detener las emisiones de dióxido de carbono, el calentamiento global y su impacto en el ambiente, sino porque se están agotando, sostuvo en la UNAM Edgar Ocampo Téllez, consultor, analista y especialista en temas de energía.
Al asegurar que a medida que la humanidad crece, los recursos disminuyen y caminamos al colapso: “se nos viene un abismo energético”, el especialista añadió que el hecho de decir que las fuentes renovables de energía son inagotables, infinitas, es un paradigma falso; tienen limitantes técnicas y físicas, además de problemas de intermitencia.
En el auditorio del Jardín Botánico del Instituto de Biología (IB), al dictar la conferencia Desafíos de un modelo energético sostenible: México 2050, el experto recordó que en los últimos ocho mil años la humanidad estuvo conformada por menos de 300 millones de habitantes, pero hoy somos siete mil millones.
El momento de inflexión del crecimiento poblacional coincide con el inicio de la explotación de los combustibles fósiles, en particular el carbón y el petróleo. Pareciera que para lograrlo sólo se tendrían que utilizar energías renovables, pero ese giro en el consumo energético es muy complicado, porque estamos esclavizados a los combustibles fósiles. Ocampo Téllez recordó que en el pasado, el consumo energético diario en las viviendas era de 1.5 kilowatts hora, luego de cuatro y ocho, y en la actualidad puede alcanzar los 30.
“Nosotros jugábamos con corcholatas y pelotas, pero hoy los niños desde temprana edad tienen teléfonos inteligentes y tabletas, y viven conectados a una computadora o a la pantalla plana”. En 1817 había mil millones de habitantes; para 2050 serán nueve mil 500 millones. Hace 200 años la humanidad consumía básicamente madera, después comenzó a utilizar carbón, petróleo, gas, energía nuclear, hidráulica y renovable.
“En cada transición, un nuevo tipo de energía no sustituye a la anterior, y las renovables no suplirán a los combustibles fósiles, sólo se agregan nuevos tipos para satisfacer las crecientes necesidades”.
El especialista reiteró que el aumento exponencial del gasto de energía es muy reciente: después de la Segunda Guerra Mundial consumíamos dos mil millones de toneladas de energéticos, y ahora lo hemos multiplicado por siete, a 14 mil millones de toneladas. Hemos agotado el 43 por ciento del petróleo del mundo: cada día se utilizan 90 millones barriles, 33 mil millones al año; se trata del principal recurso energético, con 38 por ciento del total. 22 por ciento es carbón y 21 por ciento gas. Es decir, 80 por ciento de los combustibles son fósiles y es un reto muy difícil llevar a las energías solar y eólica a esas proporciones.
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