La suerte de Cuitláhuac, el indeseable
Acuerdo Nacional para el Desarrollo Económico
Es posible pensar en un gran Acuerdo Nacional para conformar cambios a las políticas públicas que garanticen una senda sostenida y sustentable de desarrollo económico y social en los próximos años.
Ir tras un desarrollo sostenido para México.
En el eje de esas políticas públicas el combate a la pobreza y pobreza extrema y derechos humanos fundamentales que aspira a garantizar a todos los mexicanos y mexicanas por el simple hecho de haber nacido en territorio de la República Mexicana. Salud, Educación, Salud, Seguridad, respeto irrestricto al marco del Derecho, ejercicio justo de la ley.
Cambios que habrán de impactar a las estructuras fundamentales que hasta ahora han sido incapaces de garantizar un espacio de bienestar a los ciudadanos.
Nuevas políticas públicas de alcance transexenal a partir de un acuerdo coordinado en el marco de la Unidad Nacional en el que confluyen voluntades de la iniciativa privada nacional y de las extranjeras que confluyan en este esfuerzo colectivo al que se incorporan universidades y centros de producción del conocimiento e investigación científica.
Un acuerdo que, por principio de cuentas articula una Reforma Hacendaria de gran calado para garantizar los recursos que el Gobierno Federal requiere para el inicio de un Sistema Nacional de Salud que garantice servicio gratuito a todo mexicano que lo solicite o requiera.
Será un avance progresivo que de entrada atenderá a los municipios más pobres e irá avanzando hacia el resto del territorio.
En la mira reformas importantes para garantizar educación, aplicación de la justicia, mejores salarios a los trabajadores así como condiciones de trabajo.
En la estrategia se incorporan apoyos a las MiPymes y particularmente a aquellas empresas que pueden tener un desempeño favorable en el marco de los acuerdos comerciales multilaterales que México tiene comprometidos en la actualidad.
El papel de la Banca de Desarrollo será fundamental en una red de financiamientos que concederá la Banca Comercial a precios y condiciones favorables.
No obstante, la atención a las empresas que participan directa e indirectamente en el comercio internacional es solo uno de los motores que se piensa afinar, pero no será el principal, papel que está reservado para el mercado interno, requerido de una mejora importante del poder adquisitivo y de las condiciones de trabajo en el mercado nacional.
Ese gran acuerdo parte de la confianza y de la certidumbre en las políticas que de la estrategia surjan y tengan que ser impulsadas por el Congreso y respetadas por las partes.
Articulará una serie de compromisos de creación de infraestructura que rebasará los límites naturales de la presente administración.
Esto, todo, es realmente posible pero no va a suceder.
No va a suceder pero se plantea como propuesta por parte de quienes integran el grupo de especialistas, investigadores y expertos en el nuevo curso de desarrollo nacido por iniciativa de investigadores de la UNAM, pero integrada también por conocedores en distintos temas y otros centros de educación superior o de investigación.
Los 23 integrantes de este grupo, nacido en 2009 con propósito de contribuir a la reflexión sobre políticas necesarias después de la gran recesión de 2008-2009, prepararon la convocatoria.
La propuesta fue hecha al término de la primera quincena de agosto.
Hay que asumir un compromiso histórico con el futuro de esta nación.
Propuestas existen, el momento para corregir puede ser el último.