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QUERÉTARO, Qro., 18 de octubre 2017.- Rosa Iris Godínez Santillán, estudiante de la Maestría en Ciencias de la Nutrición Humana -de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ)-, lleva a cabo el estudio “Caracterización fenólica y capacidad antioxidante de extractos de hoja de Chaya (Cnidoscolus aconitifolius)”.
Con este proyecto, la universitaria analiza las propiedades de esta planta a través de la cuantificación y la identificación de varios ácidos fenólicos, los cuales están relacionados directamente con mecanismos involucrados en la prevención de diversas enfermedades, como puede ser el cáncer de colon.
“Los fenoles son compuestos que se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza; hay más de 10 mil, pero se han identificado cerca de 60, los cuales ya tienen nombre y apellido; tienen funciones antioxidantes que nos da la oportunidad de hacer un estudio más amplio sobre sus posibles efectos”, resaltó la universitaria.
Su investigación –que forma parte del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (FOPER 2017)– consiste en un escaneo profundo, realizado con varias técnicas modernas, para tener un amplio panorama de los compuestos de esta planta y su capacidad antioxidante.
En otros ámbitos se ha comprobado que la chaya ayuda a combatir diversas enfermedades como diabetes, hipoglucemia, anemia, entre otros padecimientos.
Esta planta es de origen mexicano y se ha extendido su cultivo a través de todo el país; en la época prehispánica se le daba uso medicinal y ornamental, sin embargo, con el paso del tiempo se ha perdido su consumo.
“A la chaya le dicen la espinaca Maya, porque la espinaca es una planta muy consumida, y en realidad la chaya tiene mayor calidad nutricional; contiene más hierro, más vitamina C, más proteína, entonces la convierte en un alimento nutraceútico con compuestos bioactivos; se puede consumir en preparaciones con huevo, papa, sopa, tamales, ensalada, preparada como té o agua”, comentó.
Asimismo, Godínez Santillán recomienda hervirla por cinco minutos para que se libere el ácido cianhídrico que contiene, aunque también se puede consumir cruda, pues es imposible que alguien pueda alcanzar la dosis tóxica de la planta.
Dicho trabajo cuenta con la asesoría del Dr. Jorge Luis Chávez Servín, Profesor Investigador de la Facultad de Ciencias Naturales.