Itinerario Político
QUERÉTARO, Qro, a 13 de Julio 2016.- La capacidad para relacionarse con los demás es fundamental para la supervivencia de un organismo. Tareas como conseguir comida, protegerse de las amenazas o reproducirse requieren poder interaccionar con otros. Algunos problemas de salud, como la esquizofrenia o el autismo dificultan esas interacciones y se ha observado una relación entre esos trastornos y problemas en el sistema inmune.
Durante los últimos años, algunos estudios han mostrado una relación entre la diversidad de bacterias que habitan en el estómago y la salud mental, y también se quiere entender cómo un fallo en los sistemas que nos sirven para defendernos de los patógenos puede dañar nuestro trato con otras personas, publica El País.
En EE UU, investigadores de la Universidad de Virginia están utilizando ratones para probar sus hipótesis sobre los mecanismos que producen estos efectos. En un artículo que publican esta semana en la revista Nature, plantean que como el comportamiento social es crucial para la supervivencia de una especie y un grupo más grande de individuos, como se ha observado históricamente en las ciudades, incrementa las probabilidades de difundir patógenos, es posible que todo tipo de seres vivos hayan experimentado una presión para mejorar su respuesta contra estos patógenos con el incremento de su sociabilidad. Además, identificaron una vía molecular por la que se podría haber producido esta coevolución.
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