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CIUDAD DE MÉXICO., 15 de junio de 2019.- Los cinco osos perezosos y nueve monos capuchino bebés asegurados por la Policía Federal en un filtro carretero en Chiapas, el pasado 8 de abril, fueron sacrificados con inyección letal, 15 días después de su rescate, ante el riesgo sanitario que estas especies exóticas podrían representar para la biodiversidad del país.
La decisión la tomó el Ministerio Público Federal con sede en Tapachula, quien puso a disposición de un funcionario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), a los ejemplares para realizar el procedimiento, “en cumplimiento a las disposiciones previstas por los artículos 23 y 35 fracción III de la Ley Federal de Sanidad Animal”.
Lo anterior a pesar de que los exámenes practicados a los animales por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), resultaron negativos para las enfermedades de encefalitis, fiebre amarilla y gusano barrenador del ganado, y de que no se pidió la opinión de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Los monos capuchino y osos perezosos, de aproximadamente seis meses de nacidos, que se encontraban en cuarentena en la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) “El Abuelo” en Cintalapa, “fueron sacrificados mediante la aplicación de una inyección endovenosa de una solución de Pentobarbitona al 20 por ciento, sustancia que tiene por efecto insensibilizar a los animales previamente a su muerte, provocando la pérdida del conocimiento seguida de un ataque cardíaco”.
De acuerdo con la relatoría de hechos que hizo por escrito Juan Pablo Flores Mujica, coordinador de Inspectoría Pecuaria del Distrito 08 en Tapachula de la Sader al Ministerio Público Federal, los restos de las crías fueron incinerados en el horno crematorio del Rastro Regional de Bovinos y Porcinos del municipio, para evitar la probable propagación de enfermedades.
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