Los límites de la complacencia
Muchos visitantes de Palacio Nacional se creen confidentes.
Y a varios de ellos, según su dicho, su anfitrión les adelantó los propósitos para el segundo trienio constitucional.
En el panorama citaba muchos cambios:
Jorge Arganis porque, como su antecesor en la SCT, Javier Jiménez Espriú, no está de acuerdo con decisiones presidenciales.
Miguel Torruco porque el turismo se debilita frente el ascenso de remesas, los dos flujos sobre los cuales el gobierno finca sus esperanzas económicas y de contención social.
Hay otros nombres en la danza, pero la salida de Olga Sánchez Cordero de Gobernación la prefiguró para finales de 2021 o inicios del próximo año.
Al fondo de este escenario está la sucesión presidencial con actores constantes en el sermón de la mañana: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y el no nombrado Ricardo Monreal.
El zacatecano se concentra en el Senado -y así seguirá, ratificado con la ex secretaria al lado-, desde donde opera hacia adentro, para el Ejecutivo y con todas las fuerzas políticas.
LA TAREA FRACASADA
Todo cambió el martes 17 de agosto y desembocó antier.
Cruce de llamadas y visitas por la noche y ayer en la mañana para reincorporar a la ministra en retiro como legisladora y presidenta del Senado.
Y a operar.
Ricardo Monreal hizo lo suyo: de inmediato logró la declinación de las aspirantes a presidir la llamada Cámara Alta, en especial las principales candidatas, Ana Lilia Rivera y Freyda Marybel Villegas.
Resuelto este paso, ya no habrá elección: Sánchez Cordero será designada por unanimidad con tareas inmediatas.
La primera para el mismísimo 1 de septiembre porque el de Macuspana no sabe esperar: aprobar cuanto antes las leyes llamadas de revocación de mandato.
En realidad de ratificación porque es la pretensión carácter presidencial.
A ver si ella lo consigue, porque el 17 de agosto doña Olga fracasó en su intento de conciliar con la oposición para convocar a un período extraordinario para las normas de marras.
Ese día se quitó la negociación a Monreal pero, dice el refrán, dos pueden más que uno.
OPTIMISMO DE LA SEP
El reporte es optimista:
Más de 90 por ciento de los consejos técnicos de las escuelas han sesionado de manera presencial y sobre ellos recae gran parte del retorno a clases.
De ninguna manera esa cifra anuncia la normalización de la enseñanza pública en los casi 200 mil planteles de preprimaria, primaria y secundaria.
-No hay cálculo, pero habrá buenas sorpresas -repiten los altos funcionarios encabezados por Delfina Gómez mientras negocian con maestros y padres de familia.
Todos han tenido, en contra de la siempre inconforme CNTE, el apoyo del magisterio aglutinado en el SNTE de Alfonso Cepeda.
Con una exigencia clave: poner bajo mínimo riesgo tanto al profesorado, al personal administrativo y sobre todo a los alumnos.
Los gobernadores y las secretarías de educación estatales también tienen su responsabilidad con la encomienda hacer aparecer un éxito el lunes próximo la reanudación escolar.
Aun así, en ejercicio de su soberanía, varios de ellos hay girado la instrucción de no regresar en tanto haya alerta máxima por el coronavirus.
En todo caso, no se cumple la promesa de Esteban Moctezuma, antecesor de Delfina Gómez, cuando ordenó la suspensión:
-Sólo habrá reapertura de escuelas en semáforo verde.