Muere Quincy Jones, productor de éxitos de Michael Jackson y Sinatra
José Ureña | Teléfono rojo
· Meade tiene claro: está ante su última oportunidad
· Se propone cambiar equipo y campaña; ¿lo dejarán?
· Lista priísta al Senado: Ruiz Massieu y Osorio Chong
Cada presidente tiene sello.
Su estilo personal de gobernar, decía Daniel Cosío Villegas.
Por ejemplo, recuerda Carlos Armando Biebrich, la primera decisión de Gustavo Díaz Ordaz tras la postulación de Luis Echeverría fue abandonar la residencia presidencial de Los Pinos.
No sólo eso:
“Ya le había entregado el Gabinete Presidencial para que lo condujera desde ahora mismo. Se iba lleno de resentimientos”, escribió Biebrich, testigo de primer nivel como secretario auxiliar de Echeverría.
Era la cesión absoluta de poder.
Otros presidentes priístas –José López Portillo, Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo- supieron conceder el espacio político para quienes habían designado candidatos.
Acaso la excepción sea Carlos Salinas, cuya popularidad –“tenía más de 60 por ciento de aprobación. No se le podía contravenir”, recuerda Enrique Jackson-, quien con su activismo enturbió la campaña de Luis Donaldo Colosio.
Dio protagonismo a Manuel Camacho como candidato alterno y generó especulaciones sobre la sustitución de Colosio, a pesar de su declaración ante la cúpula priísta en febrero de 1994:
-No se hagan bolas. El candidato es Colosio.
MEADE PLANTEA, LOS PINOS ESPERA
De los panistas poco puede decirse.
Se dedicaron a chocar entre sí y con sus candidatos: Vicente Fox contra Felipe Calderón, a quien obligó a abandonar la Secretaría de Energía (Sener) y lo mandó a precampaña como el hijo desobediente.
Calderón actuó de manera distinta: no bloqueó la postulación de Josefina Vázquez Mota, pero le hizo un vacío y esa señal se extendió con la orfandad de Acción Nacional (PAN) y su dirigente Gustavo Madero.
Situación muy diversa vive José Antonio Meade.
Decisión unipersonal de Enrique Peña, le han sido diseñado desde Los Pinos todo su entorno, más similar a un consejo de administración y menos a un equipo de campaña.
Lo entiende perfectamente Francisco Labastida, quien teme la derrota.
Con una diferencia: Labastida fue candidato con un mandatario –Ernesto Zedillo- comprometido con la entrega del poder para trascender como el presidente del cambio.
La candidatura de Meade ha preocupado a muchos y a su padre Dionisio Meade, quien de campañas y elecciones tiene mayor experiencia a la de su hijo.
Pero Dionisio Meade y José Antonio Meade lo saben: están acaso ante la última oportunidad de rediseñar el equipo y la estrategia para regresar en abril con una campaña muy distinta, contrastante contra la precampaña.
Están decididos a actuar.
La duda es: ¿los dejarán desde Los Pinos?
PRIMERO CLAUDIA, LUEGO OSORIO
1.- Para muchos no es novedad.
Miguel Angel Osorio Chong no encabezará la lista al Senado por parte del PRI, sino Claudia Ruiz Massieu.
Por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) el primer lugar está presdestinado para Alejandra Lagunes, ex funcionaria de Los Pinos y estratega de la campaña priísta, amén de esposa del titular de Semarnat, Rafael Pacchiano.
Pero este tema da para abundar mañana.
Y 2.- la violencia se ceba con el periodismo.
Otra vez en el norte, en el panista Baja California, fue asesinado el compañero Damián Gómez Bonifaz, propietario del portal Panorama Político.
“Lo acuchillaron, el cuarto estaba lleno de sangre, la casa revuelta y como que estuvieron viviendo en ese lugar un tiempo”, reveló su hermana Elizabeth Gómez.