Líneas Quadratín
· AMLO a corcholatas: prepárense para no ser
· Habla de dedazo vestido de acuerdo político
· Y confirma el fracaso del diálogo con Larrea
Las cuatro corcholatas debieron tomar nota.
El presidente les narró, en Palacio Nacional y ante los senadores del gobierno, su largo trayecto por la república para ganar y llegar al Poder Ejecutivo.
Fue la forma para dictarles un mensaje de mucho fondo con un dato clave: él tiene el control del proceso de sucesión y se hará cuando y como él lo diga.
El espectáculo se ha montado mediáticamente para distraer con encuestas, unas de conocimiento y otras de popularidad para supuestamente seleccionar al o la mejor.
Pero, les advirtió, no deben descartar un acuerdo político entre todos ellos, Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebreard y Ricardo Monreal.
Entendimiento inducido, obvio, desde el Poder Ejecutivo y con reparto de tareas para los tres no postulados, tú al Senado, tú a la Jefatura de Gobierno, tú coordinador de campaña… y así.
Forma de control tradicional del viejo priísmo para evitar diásporas y no nutrir a la oposición con cuadros de regular o buena imagen para competir contra Morena.
MÁS OPORTUNIDADES
Otro mensaje subliminal:
No se desesperen, tal vez ésta no sea su única oportunidad, recuerden que yo fui candidato a la Presidencia tres veces y véanme dónde estoy, así también les puede pasar a ustedes…
La arenga, precisan varios senadores presentes el último viernes de abril, no era para los senadores del bloque oficial, sino para quienes aspiran a ser el señalado por el índice presidencial.
Estaba comprometiendo su lealtad, sobre todo cuando la oposición trata de seducir al canciller Marcelo Ebrard porque ya Ricardo Monreal juró entrega futura a Morena y al presidente.
Mientras garanticen la filiación al movimiento, tienen libertad para hacer proselitismo y después de las elecciones del Coahuila y el estado de México, habrá baraja y reglas nuevas.
Serán los tiempos del presidente, de su sucesión.
DIÁLOGO CON RECELO
El presidente confirmó ayer en su discurso matutino lo adelantado aquí, el fracaso de las negociaciones entre el gobierno y el Grupo México de Germán Larrea.
Certificó las dos reuniones tenidas con él la semana pasada en compañía de los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López, y de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
En la primera se le sugirió considerar un acuerdo amistoso, él prometió estudiarlo y por eso regresó con una propuesta suya para someterla a análisis bilateral.
No hubo arreglo.
El mandatario dio un dato adicional: Larrea pidió -asesorado por sus abogados, como dijimos aquí- nueve mil 500 millones de pesos.
Pero también adelantó: si no había la intención de dejarle el usufructo de las vías del tren en el Istmo de Tehuantepec por ser propiedad federal, en el futuro menos.
Ante este rompimiento de trato, difícilmente Grupo México invertirá en la compra de Banamex, cuya venta está enturbiada por las condiciones impuestas desde el Poder Ejecutivo.
La subasta en un momento atrajo a inversionistas extranjeros y mexicanos, pero se han retirado una a una ante las complicaciones y la exigencia presidencial de arraigar la propiedad en el país.