De lo físico a lo virtual, la evolución del casino
QUERÉTARO, Qro., 24 de mayo de 2024.- En un panorama donde se cuestiona el futuro de la música, Taylor Swift ha logrado redefinir la industria, convirtiéndola en un territorio más lucrativo que nunca antes. A sus 34 años, su influencia es indiscutible, siendo considerada la mujer más poderosa del showbusiness.
El impacto de Swift va más allá de su música. Recientemente, ‘USA Today’ asignó un reportero exclusivamente dedicado a cubrir noticias relacionadas con ella, mientras que en España, la revista ‘Lecturas’ optó por dedicarle su portada, dejando a un lado su enfoque habitual rosa. Swift se ha convertido en la historia dominante en el mundo del espectáculo, tanto por su talento como por su capacidad para movilizar masas.
Su gira The Eras Tour es un fenómeno global con 149 espectáculos programados hasta finales de año, incluyendo una parada en el Santiago Bernabéu los días 29 y 30 de mayo. El año pasado, esta gira se convirtió en la primera en superar los mil millones de dólares en ingresos, según Pollstar. No solo fue la gira número uno a nivel mundial y en Norteamérica, sino que también estableció récords al vender 4.35 millones de entradas en 60 fechas de gira, desencadenando incluso la quiebra de Ticketmaster por la avalancha de ventas. Además, el concierto de Swift en Seattle generó una actividad sísmica equivalente a un terremoto de magnitud 2.3.
Taylor Swift ha escalado entre los más ricos del mundo, según la lista anual de ‘Forbes’, que la sitúa entre las 2,781 personas con una fortuna estimada de al menos 930 millones de euros.
Pero más allá de las cifras económicas directas, el impacto de Swift se extiende a la economía en general. Bloomberg estima que los 53 conciertos de estadios en Estados Unidos el año pasado añadieron alrededor de 4,600 millones de dólares a la economía en general, considerado ya como el fenómeno denominado «Swiftonomics». Como mencionó el presidente de una empresa de investigación en línea, «Si Swift fuera una economía, sería más grande que 50 países».
Ahora, en comparación con la población mexicana, que asciende a 125 millones de personas, el fenómeno «Swiftonomics» adquiere una perspectiva aún más impactante. Si consideramos los 4,600 millones de dólares generados por los conciertos de Swift en Estados Unidos, eso equivale a aproximadamente $37 por persona en México. Esta comparación subraya el impresionante alcance y poder económico de Taylor Swift en relación con una población tan vasta como la mexicana.