PASADENA, Calif., 9 de septiembre 2017.- Una nave espacial de mil millones de dólares llamada Cassini está a punto de quemarse mientras se sumerge en la atmósfera de Saturno este mes. Ese es el plan, exquisitamente elaborado. Cassini transmitirá datos a la Tierra hasta el final, apretando los últimos goteos de la ciencia como un valediction para una de las mayores misiones de la NASA. Informa The Washington Post.
Soñado cuando Ronald Reagan fue presidente, y lanzado durante el mandato de Bill Clinton, Cassini llegó a Saturno en el primer mandato de George W. Bush. Así que es viejo, como el espacio va hardware. Ha cumplido sus objetivos de misión y luego algunos. Ha enviado imágenes impresionantes y troves de datos científicos. Ha descubierto lunas, y géiseres que vomitan desde el extraño satélite de Saturno Encelado. Desembarcó una sonda en la luna de Titán.
También se ha quedado sin gas, básicamente, aunque se desconoce exactamente cuánto combustible queda. El director del programa Earl Maize dice: «Una de nuestras lecciones aprendidas, y es una lección aprendida por muchas misiones, es conectar un medidor de gas».
La nave espacial es rastreada en el Centro de Control de Misión Charles Elachi del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California. Misión de Control es una cámara oscurecida sin ventanas externas.