SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 23 de enero 2021.- El Covid 19 no solo deja una estela de contagios y muertes en San Luis Potosí, sino representa una carga financiera muy grande por más de 900 millones de pesos de gasto por parte de Gobierno del Estado en casi dos años, por eso decidió cancelar la cartera de inversiones en obra pública nueva en 2021, aplicar mayores medidas de austeridad, gestionar el cobro de adeudos de la Cuarta Transformación con la entidad, tratar de vender el terreno que estaba destinado a la armadora Ford en Villa de Reyes y, convencer a los diputados de aprobar la reestructuración de la deuda pública para tener liquidez inmediata.

El secretario estatal de Finanzas, Daniel Pedroza Gaitán, acepta que 2020 fue un año complicado, pero 2021 podría calificarse de incierto con señales positivas por la incipiente llegada de la vacuna contra el virus.

El presupuesto, sin embargo, fue confeccionado de tal forma que la administración a iniciar en septiembre, luego de las elecciones del 6 de junio, pueda cumplir con sus propios compromisos. La entrevista de Quadratín SLP con Pedroza, se dio al interior de sus oficinas en la calle Madero No. 100, en el Centro Histórico, donde está la principal base de operaciones de esta dependencia estatal, encargada de garantizar la buena marcha económica del gobierno cargo de Juan Manuel Carreras López, de quien pondera sus decisiones en esta crisis.

-¿Será el Covid 19, el mayor reto de su carrera?

“Sí, es un reto para todos: para el estado, el país y las personas. Todos hemos sido afectados en lo personal, familiar, laboral y los entes públicos en la parte financiera, por las medidas de suspensión de actividades y menor contribución de impuestos en los tres niveles de gobierno. El 2020 fue muy complicado y hay una incertidumbre muy grande para lo que viene en 2021, con señales positivas por la vacuna que en los próximos meses se podría generalizar entre la población para retomar las actividades normales”.

-¿Cuánto costó el virus en 2020 y cuánto ejercerá en 2021?

“En 2020 el gasto extraordinario fue superior a los 600 millones de pesos y para 2021 está considerado un presupuesto de 250 a 300 millones de pesos, que no son carga adicional, porque tendremos la liberación del presupuesto que era originalmente del Hospital Central y con la federalización a Insabi (Instituto de Salud para el Bienestar), el recurso se podrá redireccionar”.

-¿En qué gastaron los 600 millones?

“La mayor parte se destinó a la contratación de personal adicional al que ya tiene la Secretaría de Salud para poder dar atención a la gente: médicos, enfermeras, camilleros y choferes de ambulancias, además de comprar ambulancias; se tuvo que hacer una reconversión hospitalaria que no solo implicó camas, equipos de protección y medicamentos, sino contrataciones, y se está trabajando una segunda reconversión en la capacidad de atención por la casi saturación del sistema de salud. Esa ampliación adicional repercute de manera fuerte en las finanzas, pero tenemos la capacidad de respuesta”.

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