Refuerzan operativos de seguridad en Guerrero para las peregrinaciones
CIUDAD DE MÉXICO., 21 Julio de 2017.- Desde el día de la tragedia, la vida se convirtió en un túnel que parece no tener salida. Primero fue buscar los cuerpos de sus familiares. La explosión en la Torre Ejecutiva B2 de Petróleos Mexicanos (Pemex) los sepultó entre escombros y ellos, trabajadores de la empresa Conservación Pilotes de Control (Copicosa) no estaban en la lista de trabajadores de la ex paraestatal. Es decir, eran empleados de una contratista, casi invisibles para la petrolera. Eran Luis Ojeda Olguín, Gregorio Vite Valderrama y Enrique Bartolomé Hernández Martínez. Informa Sin Embargo.
Aquellos funestos días pasaron. Los deudos pudieron sepultar a sus seres queridos arrancados por el desastre. Ahora falta que llegue su indemnización.
Un peritaje del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México concluyó que el estallido se habría originado por una acumulación de gas metano, solventes y sedimentos de hidrocarburos.
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