Detienen en Querétaro a presunto homicida de Jalisco
QUERÉTARO, Qro. 25 de julio del 2016.- Originalmente concebida para apuntalar la renovación moral
de la administración de Miguel de la Madrid, en 1982, la entonces Secretaría de la Contraloría General de la Federación (Secogef), hoy Secretaría de la Función Pública (SFP), ha sido expresión delgatopardismo que ha privado, por décadas, en la lucha contra la corrupción. En 34 años de historia no se conoce un caso relevante derivado de alguna pesquisa de la SFP, cuya función ha sido más bien legitimar las administraciones, informó La Jornada.
Ni la histórica alternancia en el poder en 2000, que echó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Los Pinos –y auguraba el fin del viejo régimen– sacudió el letargo legitimador del sistema que la ha caracterizado, presuntamente garante del buen gobierno. El respaldo popular de la administración foxista no fue un acicate para que la entonces ya llamada Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) inhibiera la corrupción gubernamental.
Designado para cazar las víboras y tepocatas
priístas que prometió Vicente Fox en su campaña, el nuevo titular de Secodam, Francisco Barrio, no fue más allá del ofrecimiento de atrapar peces gordos en su gestión. Ni el sonado caso del Pemexgate, que permitió trasladar recursos públicos de la empresa paraestatal a la campaña priísta de Francisco Labastida, derivó en aprehensión de algún funcionario o dirigente nacional petrolero involucrado en esa ilegal triangulación.
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