Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Quien no comprende la marcha de la sociedad toda no puede comprender el ser migrante.
Patrick Crusius, joven de 24 años asesinó en 2019 a 23 personas de apariencia hispana en una tienda de Walmart en El Paso para combatir lo que considera la invasión de los hispanos a Texas. Junto a ese aberrante caso de violencia extrema se vive en ese país una cotidiana violencia que rebasa los motivos raciales y abarca innumerables víctimas y motivos; sin embargo, el tema migratorio ha generado no sólo en EEUU, sino en Europa y el conjunto del norte industrializado del planeta un rechazo profundo y peligroso para quienes buscan mejores opciones de vida en esos países.
En los años setenta se inició en los países ricos la aplicación de las llamadas políticas neoliberales que agudizaron los principales problemas de la convivencia humana porque se buscó enfrentar la profunda crisis del sistema capitalista salvando a las minorías a costa de las grandes mayorías. Esas políticas hicieron estragos sociales, desempleo, miseria y violencia contra millones desde los años ochenta hasta la fecha en los países pobres de América, África y Asia provocando un gran incremento de los flujos migratorios de sur a norte con miles de migrantes fallecidos en los diversos trayectos. El mar Mediterráneo y las tierras del norte de México y sur de EEUU se han cubrierto de muerte.
Así, el fenómeno migratorio de la humanidad que empezó hace cientos de miles de años y nos permitió sobrevivir a toda clase de calamidades y obstáculos y el cual fue posible gracias a la cooperación, la vida en común y la solidaridad como la preocupación por el otro, en este sistema rapaz se ha convertido en una lucha de las minorías privilegiadas contra las mayorías despojadas de sus medios de vida y de trabajo.
En estas condiciones, nuevamente la unidad y la solidaridad se presentan como la primera condición para superar la actual crisis de convivencia que se le impone a los millones de víctimas del sistema. He ahí el valor de la unidad y organización solidaria que promueve la Cuarta Transformación y que dejó clara como consigna central Claudia Sheinbaum en su reciente visita a Los Ángeles, California, dejando patente la realidad: allá y acá somos l@s mism@s.
En esa dirección, cientos de representantes de millones de compatriotas que viven y trabajan en EEUU y Canadá continuarán su irrenunciable tarea de organizarse en esos países y en el territorio nacional. Ese es el objetivo de la “3ª Convención Internacional de Derechos Humanos, Migración y del Trabajo. Tod@s somos migrantes”, que se realizará en el Teatro Calderón de Zacatecas este lunes 18 y martes 19 de diciembre de 2023.
Con la experiencia acumulada en décadas de lucha de l@s migrantes de este país, queda claro que los grandes problemas que se viven en México los enfrentan también de aquel lado de la frontera y por lo tanto, requieren una respuesta en los mismos términos: aplicar la consigna principal “Por el bien de tod@s, primero l@s pobres” y eso conlleva mirar primero por quienes tienen que padecer en EEUU su condición de indocumentados perseguidos por las leyes y la discriminación; la inseguridad laboral y social y la negación de sus derechos más elementales.
Pero, también son parte del programa de la acción migrante, la incorporación y colaboración con l@s compatriotas que han logrado avanzar en mejores condiciones de vida y de trabajo y quienes gracias a su esfuerzo y dedicación han logrado el acceso al estudio y al trabajo digno en el extranjero, incluyendo quienes han logrado desarrollar proyectos productivos y negocios empresariales de diverso tipo.
Seguro que con la organización que se está construyendo bajo los auspicios de la 4T se logrará ampliar la oferta de educación mexicana en el extranjero y una oleada sostenida de promoción cultural que fortalecerá la identidad, el desarrollo y la revaloración de lo mexicano en esos países.