Itinerario Político
LANDA DE MATAMOROS, Qro., 6 de julio de 2018.- Rodeadas de montes verdes, entre los cuales corre la niebla, las peregrinas queretanas inician su recorrido a la Basílica de Guadalupe, en la edición 59 de la peregrinación estatal al santuario del Tepeyac.
La llovizna matutina desaparece antes de concluir la ceremonia religiosa previa al arranque de la caminata, que preside el obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez.
Las mujeres, de todas las edades, pues hay incluso niñas, aún con ojos llenos de sueño, y bien cubiertas con plásticos o impermeables, participan en la eucaristía que se realiza en una ladera de la comunidad, donde se erige una capilla en la cual, como todos los años, se realiza la ceremonia de bendición a las peregrinas y peregrinos.
De pie o sentadas en bancos que ellas mismas llevan, escuchan el mensaje motivador que les brinda el obispo. Las mujeres rezan, se llenan de esa fuerza que la fe da.
Todas se ven tranquilas, relajadas. Algunas más se ven con sueño, cierran los ojos para descansar la mirada.
Son apenas unos cientos de mujeres, pero serán más de 20 mil al llegar al Tepeyac, de acuerdo a las estimaciones de los organizadores.
Visten sus faldas largas, mallones o pantalones abajo, calzan tenis en la mayoría de los casos. El paliacate y sombrero no pueden faltar. En la espalda llevan mochilas con sus objetos personales más esenciales.
Está presente también Karina Castro de Domínguez, quien escucha la misa.
La ceremonia concluye y las mujeres inician su marcha. Les esperan 17 días de caminata, lluvia, calor, incomodidades, cansancio, sin embargo, llevan una sonrisa en el rostro.
Son despedidas por los hombres de Neblinas, quienes mañana sábado iniciarán su camino al Tepeyac, peregrinar que los llevará a caminar 445 kilómetros, y que inicia en esta pequeña comunidad rodeada de montes verdes y con olor a café.