Refuerzan operativos de seguridad en Guerrero para las peregrinaciones
CHIHUAHUA, 20 de noviembre 2016.- “No tuve tiempo de decirle a mi mamá cuánto la amaba, la mataron antes por mi culpa”, dice Juan, Casper, dos años después de que su madre y uno de sus hermanos fueran asesinados por los sicarios con quienes se involucró. Informó El Universal.
Casper desde pequeño creció en la pobreza, su familia era tan humilde que vivían en un cuarto prestado por una escuela. Él era buen estudiante, por las tardes trabajaba como empaquetador de supermercados, lavaba autos. A sus ocho años de edad hacía lo que podía para ayudar a su madre.
Hasta que un “amigo” le ofreció ganar dinero de manera “fácil”: sólo tenía que llevar carros a una bodega. La paga era buena y aceptó. Tenía apenas 12 años. Al poco tiempo supo que los vehículos eran robados, pero no le importó, siguió en el negocio y ayudando a su familia.
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