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QUERÉTARO, Qro., 12 de mayo de 2022.- Rodrigo Ruz Cuen, radica en Querétaro con su familia desde hace varios años, y se ha convertido en el tercer mexicano en conseguir la beca Knigth-Hennessy, para estudiar un posgrado en la Universidad de Stanford, California, ahora se le considera el primero en tenerla para estudiar una maestría en la Escuela de Ingeniería de Física en esa universidad de Estados Unidos, según el sitio oficial de la Beca, una de las más importantes.
Dice que está orgulloso de haber obtenido este logro, pero le costó mucho para ello, incluso, en una de las etapas hubo hasta más de 150 finalistas.
Egresado de la carrera Física Industrial del ITESM, labora en una empresa que se decida a modelar el clima para poder hacer predicciones para las organizaciones sobre cambio climático y establecer algún riesgo para con ello tomar acciones.
Ahora, a sus 23 años sueña con que más mexicanos puedan en un futuro acceder a programas educativos que también les permita desarrollarse.
Rodrigo añadió que su sueño es hacer una carrera científica y de emprendimiento, que tenga una aplicación concreta, porque no todos tienen las oportunidades para poder estudiar.
“Esto es poder promover programas que desde esa parte educativa se puedan desarrollar en México. Vivimos en un mundo que tiene tantas necesidades, y es muy importante que lo que hagamos le demos un propósito no solo económico, sino que puedo hacer desde donde estoy para ayudar a los demás”.
Pero no fue fácil, tuvo que pasar por varias etapas, porque había al final unas 150 personas que buscaban obtener esta beca que es de 350 mil dólares.
“En enero me contactaron de que había un interés en mi perfil y que había pasado a una fase así como semifinalista en donde tuve que subir un poco más de información y luego ya la fase final que fue una fase de entrevistas en la que ya había unos 150 finalistas; se eligen a 80 personas; y en marzo me dijeron que iba a ser acreedor a la beca”.
Ahora, dentro de sus estudios busca contribuir al desarrollo de otras regiones, en el campo de la ingeniería biomédica, la sustentabilidad, el cambio climático o la energía.
A sus 23 años apoyó en la creación de dispositivos que ayudan a detectar el cáncer, investigación por la que recibió el premio Rómulo Garza en el ITESM en marzo pasado, además lideró un equipo para diseñar un aparato de radioterapia para tratar el cáncer de mama; temas que en los que ha puesto especial interés toda vez que tres de sus abuelos murieron a causa del cáncer.
Participó en la creación que aún está en desarrollo de un dispositivo de detección de cáncer donde se involucró porque tres de sus cuatro abuelos fallecieron por esta causa, por lo que interesado en el tema, decidió hacerlo por esta vía.
“Mis estudios fueron dos investigaciones en particular en el área biomédica, que en particular conecta mucho porque dentro de mi familia hay un historial bastante fuerte de cáncer. Entonces yo estudiando física quería hacer algo aplicado con una problemática que pudiera conectar conmigo”.
Será en septiembre cuando Rodrigo ya esté en dicha universidad para aprovechar la beca de tres años y cursar una maestría que alguna vez soñó.
“Lo primero diría es que todo empieza con un sueño, yo creo que hay que creer en uno mismo, en que lo podemos hacer; luchar con todas tus fuerzas para llegar a las metas que te propones y yo estoy seguro que esa es la clave para que esa resiliencia, determinación es la clave para alcanzar las metas”