Ser infiel deja de ser delito en Nueva York tras nueva ley
GRAN BRETAÑA, 20 DE JUNIO 2017.- La policía británica ha incrementado desde la vigilancia en lugares donde se reúne la comunidad musulmana, ante el temor a ataques inspirados por la extrema derecha tras el atentado frente a una mezquita en Londres en la madrugada del lunes.
Siete de los diez heridos en el atropello ante el templo de Finsbury Park continúan hospitalizados, tres de ellos en cuidados intensivos, mientras sigue la investigación para determinar si el hombre que murió durante el ataque falleció debido a la embestida de una furgoneta o por un problema de salud previo, informa EFE.
Darren Osborne, un mecánico en paro de 47 años de Cardiff (Gales) que no estaba fichado, está detenido como sospechoso de haber alquilado un vehículo con el que arrolló a los musulmanes que terminaban de celebrar los rezos del mes sagrado del Ramadán.
Los medios locales han revelado que Osborne, que acaba de separarse de su pareja y tiene cuatro hijos, había protagonizado incidentes xenófobos con sus vecinos, aunque su familia ha asegurado que sufre problemas mentales y que nunca ha expresado opiniones racistas.
Un portavoz de Scotland Yard, la policía metropolitana de Londres, confirmó a Efe que ha aumentado el número de patrullas que velan por la seguridad de la comunidad musulmana cerca de sus centros de reunión.
Diane Abott, portavoz de Interior del Partido Laborista, el primero de la oposición en el Reino Unido, resaltó por su parte la necesidad de que el Gobierno reoriente su estrategia antiterrorista y dedique más recursos a la prevención de los ataques de extrema derecha.
«Ha existido la sensación dentro de la comunidad islámica de que el programa Prevent (un plan contra el extremismo violento) les ha tenido a ellos como objetivo. Pero estamos viendo un aumento del extremismo de derechas», señaló Abott.
En ese mismo sentido se expresó tras el ataque en la mezquita de Londres el secretario de Estado para la Seguridad, Ben Wallace, que remarcó que el Ejecutivo está «al tanto de un aumento de la extrema derecha».
«Uno de los principales problemas que afrontamos es la información multimedia», que fomenta el extremismo de diversas tendencias, un aspecto que la sociedad debe «atajar unida», dijo Wallace.
El atentado en Finsubry Park se produjo pocos días después del primer aniversario del asesinato de la diputada laborista Jo Cox a manos de Thomas Mair, un militante de la extrema derecha.
Mair, jardinero desempleado de 53 años que había expresado sus simpatías con el nazismo, fue condenado a cadena perpetua por haber disparado a la parlamentaria de 41 años a la salida de una de sus reuniones periódicas con electores.
El temor a un aumento de ese tipo de extremismo llevó al Ministerio de Interior a incluir en diciembre en la lista de organizaciones terroristas al neonazi National Action, el primer grupo de extrema derecha con esa calificación, cuyos miembros habían celebrado la muerte de Cox.