Se encuentran listos albergues para temporada invernal en Querétaro
QUERÉTARO, Qro., 1 de octubre de 2020.- Es falso que exista un recorte presupuestal para el respaldo de investigaciones, al contrario, los recursos se vislumbran mayores, pero estos se entregarán directamente a través de las áreas correspondientes; no de fideicomisos; para así garantizar que se financien proyectos con verdadero impacto social, declaró delegado de la Secretaría del Bienestar, Gilberto Herrera Ruiz.
“Conacyt sigue apoyando, de hecho, va a seguir apoyando, en ese sentido, pero más orientado a que se hace investigación que resuelve necesidades, porque hay mucha investigación, a veces, que es de curiosidades… tenía colegas que necesitaban investigar robots malabaristas… ¿Cuándo México necesita un robot malabarista? Eso es lo que yo creo que está haciendo Conacyt, y lo veo correcto, que ya eso de investigación abierta, y que el investigador decida qué hacer pues no, ahora lo están tratando de enfocar a las necesidades de los problemas del país”.
Enfatizó que los recursos serán mayores para el próximo año, pero que existirá un redireccionamiento, esto para que los investigadores respondan a los problemas que existen, en lugar de que propongan un tema de desarrollo.
Herrera Ruiz se encuentra entre quienes, en años anteriores, lograron gestionar recursos mixtos de Conacyt, esto con 5 proyectos a los que, en total, se les entregó recursos por 22 millones 425 mil pesos, esto dentro de su labor como investigador que es de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
El último programa para el cual recibió apoyos fue entre el 2012 y 2013, dijo, esto al referirse al Centro de investigación y desarrollo tecnológico en materia agrícola pecuaria, acuícola y forestal (CIDAF), para el cual consiguió 20 millones de pesos.
El esquema se desarrolló en Concá, para consolidarlo como un centro de investigación.
Para el proyecto de Tecnología para el incremento de competitividad y sustentabilidad de productores bajo invernadero del estado de Querétaro recibió 875 mil; para el Desarrollo de un control numérico de arquitectura abierta para máquinas-herramienta, 350 mil; para el Sistema de fitocontrol para la producción agrícola bajo invernadero, 800,000.00, y para el Desarrollo de un sistema de control climático inteligente para invernaderos, 400 mil.
Afirmó que gracias a los proyectos en invernaderos se logró que agricultores que sumaron la tecnología lograran comercializar hortalizas en Estados Unidos, pues la meta era demostrar que los pequeños ejidatarios pueden generar esquemas rentables.
Que otro de los impactos con las investigaciones fue permitir el posterior desarrollo del campus Amazcala.
Indicó que el proyecto para el Desarrollo de un control numérico de arquitectura abierta para máquinas-herramienta le permitió, a su equipo, ganar, en el 2006 el premio nacional en ingeniería de la Agencia de investigación y tecnología nacional, tras lograr reconvertir maquinaria vieja, para tratar de convertir con ello con las grandes armadoras.
Afirmó que para ayudar a los investigadores a desarrollar esquemas de impacto para la población es que incluso programó videoconferencias, entre ellas una bajo el nombre de la “Deuda social de la ingeniería mexicana”, esto dentro del “Congreso internacional de ingeniería”.