Encabeza Ebrard reunión para implementar proyectos de inversión
QUERÉTARO, Qro., 1 de julio de 2023.- La 60 Legislatura local eliminó la necesidad de que Contraloría y Oficialía mayor analicen las solicitudes de préstamo de paraestatales, únicamente será necesario que cuenten con el visto bueno de la Secretaría de Finanzas.
La reforma se autorizó en la sesión del 29 de junio y entrará en vigor una vez que se publique en el periódico oficial La Sombra de Arteaga.
Previo a esa sesión, el diputado Gerardo Ángeles Herrera, presidente de la Comisión de Planeación y Presupuesto, rechazó que se tratase de una reforma con la cual buscara el Congreso adelantarse a la necesidad de que se genere una deuda estatal para financiar proyectos de la recién creada Agencia Estatal de Energía.
La pregunta se generó luego de que desde gobierno del estado se planteó la posibilidad de que las paraestatales encargadas de agua y energía lleguen a necesitar solicitar una deuda.
Ángeles Herrera declaró que la reforma tuvo como único objetivo armonizar la Ley de la Administración Pública Paraestatal con la Ley de Enajenaciones, Arrendamientos y Contrataciones de Servicios del Estado, así como con la Ley del Manejo de los Recursos Públicos.
Una vez que entre en vigor la reforma ya resultará innecesario que las solicitudes para deuda las realicen las paraestatales a través de la Secretaría de la Contraloría, ni de la Oficialía Mayor, argumentó que las paraestatales cuentan con sus propios órganos de control interno.
Cabe recordar que la pasada administración encabezada por Francisco Domínguez Servién informó, en junio del 2021, a menos de tres meses del cambio de administración, que saneó la deuda que le fue heredada.
En aquel entonces expuso que en noviembre del 2006 se contrató un empréstito por mil 350 millones de pesos, programado para saldarse a julio del 2026, al pagar antes de lo programado se convirtió Querétaro en la segunda entidad sin deuda pública.
Dijo que durante su gestión se pagaron mil 144 millones de pesos, de ahí que heredó una administración con deuda cero, lo que permitía a la siguiente pudiera iniciar libre de compromisos bancarios, también sin adeudos con proveedores.