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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril de 2023.- Integrar un perro al hogar, representa una responsabilidad de por lo menos 15 años, por lo que la persona que lo tiene debe asumir mucho antes de hacerlo que podrá cuidarlo, atenderlo y tener información sobre la raza y los cuidados de una mascota.
Se trata de un compromiso que podría durar hasta 15 años y conlleva una serie de responsabilidades que se traducen en bienestar y cuidados cuando se les lleva a casa. El director del Hospital de Pequeñas Especies de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, Marco Antonio de Paz Campos, indicó en entrevista que a diario se recibe en consulta la visita de un alto porcentaje de pacientes con problemas de salud o padecimientos que pudieron evitarse o detectarse a tiempo.
De acuerdo con la UNAM, el experto explicó que el término de tenencia responsable significa cumplir con el compromiso que tenemos como propietarios. Es decir, al aceptar y mantenerlos en casa se contrae una serie de obligaciones, entre ellas proporcionarles alimento, albergue y buen trato, además de los cuidados veterinarios indispensables para su bienestar y evitarles sufrimientos a lo largo de su vida o abandonarlos.
Para sensibilizar a la sociedad en este tema, en particular a la población aledaña a la FES Cuautitlán, en el Hospital se estableció el Programa de Servicio Social Tenencia Responsable de Animales de Compañía, impulsado por Marco Antonio de Paz, cuyo propósito es informar y procurar la prevención de enfermedades por medio de la promoción de la vacunación, desparasitación y esterilización oportunas, entre otras acciones.
El universitario refirió que con este proyecto, del cual egresó la primera generación, también se busca evitar algunas situaciones recurrentes, sobre todo en perros, como atropellamientos, caídas de altura, problemas de salud relacionados con la alimentación, trastornos por un mal entorno y ambientes alterados.
Además, concienciar a sus propietarios sobre algunas conductas que perjudican la salud mental como la humanización de los perros, por ejemplo, que consiste en atribuirles ciertas características que no corresponden a su especie, es decir, obligarlos a comportarse como si tuvieran emociones, actitudes y necesidades que en realidad pertenecen a los humanos, y con ello generar una conmoción en esta especie.
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