
El drama de los desaparecidos
Yunes, piedras y pecadores
Al senador Miguel Ángel Yunes Márquez le han llovido piedras de todo tamaño a raíz,
primero, de que dio el voto decisivo para alcanzar la mayoría calificada y aprobar la
reforma judicial.
En segundo lugar, por su afiliación al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)
donde hay figuras que no lo quieren.
Personajes que por lo visto tienen la piel muy sensible y no toleran ofensas que
muchas veces se dicen al calor de la batalla política, sobre todo cuando está de por
medio algún cargo público.
Ya se ha dicho hasta el cansancio que para estar en la política hay que tener la piel
muy gruesa, pero una cosa es lo que se pregona y otra la realidad. A la mera hora
nadie aguanta nada y en la primera oportunidad buscan la forma de cobrarse la
cuenta.
En cierta ocasión, en una entrevista, le preguntaron a Manlio Fabio Beltrones,
veterano de la política que ha ocupado cargos públicos casi en todos los niveles, salvo
el presidencial, si ya no le molestaba la crítica. La respuesta fue inmediata. Confirmó
que a los políticos no les gusta que los toquen ni con el pétalo de una rosa y si los
tocan, quienes lo hacen que se atengan a las consecuencias.
Yunes ya tiene una lista larga de sus detractores. Tendrá que acostumbrarse porque
no se ve que el oleaje ofensivo vaya a terminar pronto.
Los que le han tirado toda clase de piedras como si estuvieran libres de pecado.
Seguramente muchos no son católicos, aunque sí deben ser estudiosos y conocer el
pasaje bíblico de Jesús cuando se topó con una mujer que era perseguida y
apedreada por una multitud, acusada de adulterio.
Jesús le dijo a la multitud: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
Una a una las personas que la acusaban se retiraron del lugar.
Jesús y la mujer se quedaron solos. Preguntó si alguien la condenaba. Ella respondió
que no. Entonces dijo que él tampoco la condenaba y por lo tanto se podía ir, con la
recomendación de no volver a pecar.
No es tan simple el caso del senador Yunes Márquez, las palabras dejan heridas que
a veces resulta difícil cerrar y hay acciones incorrectas o ilícitas que no se olvidan, que
claman castigo.
Sin embargo, ¿estarán libres de pecado todos y todas que no lo quieren vistiendo la
camiseta guinda?
La decisión final sobre el futuro partidista del político veracruzano la tomará la
comisión de honestidad de Morena.
Difícil porque una de las principales inconformes con la afiliación de Yunes es la
gobernadora de Veracruz Rocío Nahle.
Tendrán que poner sobre la báscula pros y contras, sin perder de vista que los
momentos que vive el país reclaman unidad, por encima de diferencias y enojos
viscerales.
Son reales las acciones que ha emprendido y pretende llevar a cabo el vecino del
norte.
El caso de Yunes no es el único que ha despertado inquietudes en Morena. También
está el del senador Alejandro Murat; su afiliación no ha sido del agrado del gobernador
oaxaqueño Salomón Jara.
Hay un tercer caso que también tiene sus características especiales. El del senador
Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia y al que el gobierno de Chihuahua
no lo quiere dejar en paz.
Corral, si bien forma parte de la bancada Morena, dejó en claro que su compromiso es
con el proyecto de la 4T y así lo planteó desde que decidió sumarse al equipo de la
doctora Claudia Sheinbaum. Ha precisado que ya no tiene interés en una vida
partidista, con la experiencia del PAN fue suficiente.
Para Luisa María Alcalde, al interior de Morena, el caso Yunes, por el ruido mediático
generado, sería el más inquietante en lo que va de su dirigencia.
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