Libros de ayer y hoy
● En el fondo quiere hacer su voluntad, sea cual sea, como ocurrió en las consultas del aeropuertos y para enjuiciar a los ex presidentes, adempas de los casos de su hermano Pío y su prima Felipa.
No me preocupa la aplicación del Estado de Derecho para favorecer a alguien, es la aplicación de la ley y punto. Me preocupa cuando el Presidente NO aplica el Estado de Derecho, con la intención de favorecer a alguien.
En su papel de inquisidor, Andrés Manuel López Obrador con el dogma de fe en sí mismo como verdad absoluta, aseguró este lunes que el juez Juan Pablo Gómez Fierro benefició a la oligarquía del régimen pasado, bajo pretexto de aplicar el Estado de Derecho.
Hace mucho tiempo que no escuchaba una interpretación tan perversa de la ley en una figura que juró cumplir y hacer cumplir la ley en la toma de posesión como Presidente de la República, en el Congreso de la Unión.
En el fondo quiere hacer su voluntad, sea cual sea, como ocurrió en los casos de su hermano Pío López Obrador y de su prima Felipa Obrador.
En el caso de la entrega de bolsas de dinero en efectivo de David León Romero a Pío, presuntamente para la campaña de Morena, fue notable el total relajamiento en la aplicación del Estado de Derecho donde la UIF de Santiago Nieto Castillo -dependiente de la Secretaría de Hacienda, y esta a su vez subordinada del Ejecutivo- le pasó el caso al INE en noviembre del año pasado para diluir el tema (video https://youtu.be/0ESZsPNXBDY).
Por supuesto que la UIF no lo investigó por lavado de dinero ni defraudación fiscal. De igual forma en los 4 contratos de Pemex por 312 millones de pesos ligados a Felipa Obrador, el director de la petrolera Octavio Romero Oropeza, empleado de Andrés Manuel, cesó a Alejandro Flores Torres, Gerente de Contrataciones de la Coordinación de Abastecimiento para Pemex Exploración y Producción el 17 de diciembre para darle un feliz carpetazo (https://youtu.be/PKVthvmP4Zk).
Pero en el caso del juez Gómez Fierro, el Presidente le envió al ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea una carta llena de odio y resentimiento porque le tumbaron temporalmente su capricho de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, el Presidente le pide al Consejo de la Judicatura que investigue al juez blasfemo (video https://youtu.be/IB1aPm77zuE).
Indudablemente esto es indicativo de que en Palacio Nacional todavía mantienen el ánimo por la victoria de junio del 2018 otorgada por 30 millones de electores, y que estos le extendieron una patente de corzo para construir su fantasía anacrónica.
La misiva al presidente de la Suprema Corte de Justicia es una elegía (poesía lírica de lamento) contra el mal encarnado en todo lo que pasó en los últimos 80 años en México, antes de junio del 2018, aunque todavía en 1983 López Obrador era el dirigente estatal del PRI en Tabasco, con Enrique González Pedrero como gobernador.
Palabras más palabras menos, la respuesta de Zaldívar fue de perogrullo y formato, atento a las miradas de su gremio indignado por los ataques presidenciales, para no lacerar más la imagen de títere del Ejecutivo al maniobrar con el propósito de que la mayoría de los ministros avalaran la absurda consulta en octubre del año pasado para aplicarle la ley a los ex presidentes (video https://youtu.be/jGLNQYfACvA).
Como titular del Consejo de la Judicatura, Zaldívar dio entrada a la investigación contra el juez, sin embargo está entre dos fieras: la primera es un presidente montado en rabia por el caudal de amparos que se le vienen contra la reforma a la Ley Eléctrica, como decenas de expertos lo previeron, y la segunda es su gremio que se encuentra decepcionado pero envalentonado contra el autoritarismo de Palacio y los constantes ataques para someterlos.
Para el ministro Zaldívar no hay más opción que la defensa de la autonomía de sus jueces. Cuando pretendes apaciguar a un ogro solo puedes esperar que te devore hasta el final, pero fatalmente te devorará.