Líneas Quadratín
● Los grupos antagónicos al régimen forman una gama variopinta que pasará por un penoso y largo proceso de depuración.
Mejor imposible para López Obrador. La oposición más escandalosa protagonizó en las últimas horas una comedia de pastelazos donde los odios al presidente son el único elemento aglutinador.
También es una oportunidad de oro para el movimiento Sí Por México, ya que el imaginario popular los ubica en una posición conjunta a la virulencia tóxica de Gilberto Lozano y el Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA).
Con gran olfato mediático, Andrés Manuel se encargó de atizar la pertenencia de ambos grupos a un solo bloque conservador: “Son el Frena Uno y el Frena Dos”, dice el presidente con malicia cada que puede, con el propósito de echar a ‘los malos’ en un solo costal.
Ahí también mete a los gobernadores de la Alianza Federalista por contestatarios, pero en el caso de FRENAAA y Lozano resultan muy funcionales para contaminar al movimiento de Claudio X. González y Gustavo de Hoyos Walther.
Debe estar agradecido el presidente con el regiomontano iracundo que brinca de sus casillas a cada momento y sorprende con temor a sus seguidores. Algunos optaron por mantenerse en el plantón del Zócalo ante la orden de retirada. A su vez Lozano los desconoció, sin embargo queda la duda ¿por qué no los señaló antes, ahí en sitio frente a ellos?
En el análisis de la gestación de los movimientos opositores, lo que está ocurriendo con FRENAAA y Sí Por México es una historia repetida al menos en Venezuela, Colombia, Brasil, Chile y Argentina. Los grupos antagónicos al régimen forman una gama variopinta que pasará por un penoso y largo proceso de depuración.
Le ocurrió también a López Obrador con las izquierdas del PRD. Salió corriendo a formar el Movimiento de Regeneración Nacional y ahora su novel partido está sufriendo esa metamorfosis que lo incomoda y obliga a tomar postura distantes en cada escándalo interno, y así deslindarse del partido que lo llevó al poder.
Van a surgir varios Gilbertos Lozanos que confundan más a los indignados con el régimen obradorista, porque los partidos se han dedicado a levantar la mirada sobre la barrera de toros, tomando con fuerza la beca.
Lo cierto es que el encabronamiento popular manifestado en las urnas en el 2018 fue tan grande que todavía le alcanza a López Obrador para batirse con sus adversarios, a pesar de la sorprendente cadena de malas decisiones, agudizadas por el azote de la pandemia.
Al final del día es una gran oportunidad para Sí Por México, el descrédito de Lozano y Frenaaa los puede consolidar como la opción más sólida y seria.