Libros de ayer y hoy
Corrupción de Gibrán y complicidad de Zoé en la CISS, por austeridad AMLO debe eliminar el organismo
● El intelectual orgánico del obradorismo, Gibrán Ramíres, goza de una beca dorada con recursos ilimitados con tarjetas platinum y un sueldo de 150 mil pesos libres de impuestos.
Nada nuevo bajo el sol de la Cuarta Transformación. Lo que Andrés Manuel López Obrador reclama como paja en el ojo ajeno, al decir de “intelectuales orgánicos” como parte de su estrategia de persecución política, lo está viviendo en carne propia con Gibrán Ramírez Reyes beneficiado con la beca dorada como titular de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS).
Un organismo prácticamente inauditable, subsidiado por el IMSS de Zoé Robledo Aburto, que ha servido para destruir las tesis de papel que formula Gibrán, acompañado de lo más radical de la Cuarta, contratados como asesores, donde se han vuelto locos de euforia al utilizar recursos ilimitados con tarjetas de platino que mantienen una vida de alta burguesía que nunca soñaron. O tal vez sí.
El relato de Renán Gómez Bruera en El Heraldo, entusiasta obradorista, sobre los excesos de Gibrán en la CISS, sería un capítulo de típicos nacos nuevos ricos, si es que esto quedara en el vaudeville de la 4T, pero no, es un abuso digno de la intervención de la Secretaría de la Función Pública de Irma Eréndira Sandoval Ballesteros.
Se dirá que la Conferencia Interamericana es un organismo internacional que no tiene que rendir cuentas, esas que AMLO pide a sus amigos. El drama en estos momentos de colapso económico es que le cuesta 90 millones de pesos al erario vía IMSS, no obstante, el abuso no queda en Gibrán, también en la complicidad de Zoé Robledo y la traición a López Obrador.
Como dijo López Obrador en la conferencia del 11 de agosto 2020: “Lo único que podría afectarnos es que se dieran casos de corrupción en el Gobierno” (https://youtu.be/OLOb0btWO5w), ahí está uno muy claro, presidente, que además no se sabría si no es por sus propios compañeros de partido quieren dejar fuera de la contienda por la presidencia de Morena a Gibrán.
No se puede predicar contra la hipocresía cuando desde Palacio Nacional se permite la variante más nauseabunda de esta. ¿Se trata de que la Corte de los Milagros deje su cueva para apoderarse de Versalles? ¿de eso se trata Andrés Manuel?
Escribe Renán Gómez: “Toda la construcción de ese hombre es falsa. Habría que investigar quién decidió darle una aviaduría de lujo donde se ha estado sirviendo a manos llenas desde que inició el sexenio. TODO el personal ahí trabaja para su proyecto político personal y el tipo se dedica a hacerla de vocero en medios”.
“Lo del organismo internacional es una fachada. No hay vida interna en esa organización. Los países se quedan porque México (y el IMSS) pone prácticamente todo el dinero. Una millonada que se ha estado usando para impulsar a un político y sus ambiciones en lugar de destinarse a donde se necesita: la salud”.
“Además de percibir un sueldo cercano a los 150 mil pesos mensuales, Gibrán utiliza de forma por demás discrecional los recursos de la institución”.
“Nadie sabe qué hacen realmente para la Conferencia algunas de las personas que cobran sueldos allí. Varios son amigos de Gibrán, como Estefanía Veloz y Jorge Luis Fuentes, quienes lo apoyan en sus actividades político-partidistas, sin que, al parecer, hayan generado productos específicos para la Conferencia”.
“En la lista estaría también Gabriela Rivadeneira, la exiliada política del correísmo, con quien Gibrán practica la solidaridad latinoamericana, y la pareja sentimental del secretario general, Valeria López, una jovencita que conoció en uno de sus viajes y que estaría cobrando un sueldo en la CISS para terminar de escribir su propia tesis. ¿Podrá Gibrán demostrar qué hace cada una de las personas que hoy cobran un sueldo en la institución que dirige?”
“Paradójicamente, Ramírez Reyes ha disfrutado de todos los beneficios que se derivan de trabajar para un organismo internacional, como es un sueldo alto y el no tener que pagar impuestos”.
Es evidente la prueba de corrupción. No hay forma de que en la austeridad republicana, ya no se diga en la franciscana, López Obrador mantenga vivo este organismo que Gibrán ha condenado como un refugio de aviadores.