Líneas Quadratin
AMLO mete la cara del Ejército para cumplir en Ayotzinapa pero da ‘pitazo’ ¿otro montaje?
El general Saavedra de Iguala otorga contratos directos ¿llamarán a Cienfuegos?. El presidente usa órdenes de aprehensión contra militares para cumplir a familiares de víctimas de Ayotzinapa.
Al presidente no le importó meter la cara del Ejército por delante, ni alertar a presuntos militares involucrados en el caso Ayotzinapa sobre su posible detención. El ‘pitazo’ puede provocar evasión de la justicia en la institución del general Luis Crescencio Sandoval.
El sábado del aniversario, Andrés Manuel López Obrador tenía que vender una ‘novedad’ a los familiares de las 43 víctimas de la Normal Isidro Burgos desaparecidas el 26 de septiembre del 2014, en el sexenio de Enrique Peña Nieto “El Impune”.
En la cadena de mando tiene que llamar a declarar al general Salvador Cienfurgos Zepeda, ex Secretario de la Defensa, quien designó tres meses y medio antes de los sucesos al comandante de la Zona 35, el General de Brigada DEM, Alejandro Saavedra Hernández.
En la estructura militar el general Saavedra tuvo que informar a Cienfuegos el detalle de los hechos que escalaron a nivel internacional. Para información más precisa, López Obrador tiene a un lado al ahora Secretario de Marina Rafael Ojeda Durán, entonces Comandante de la Región Naval 13 en Acapulco.
El almirante Ojeda conoció de primera mano a Saavedra, lo acompañó en su toma de posesión de la Zona 35 junto con el alcalde de Chilpancingo Mario Moreno Arcos -muy dudoso por cierto- y el gobernador Aguirre Rivero.
La mañana del sábado Andrés Manuel prometió la detención de militares, pero excluyó a los procuradores que tuvieron en sus manos la investigación, desde Jesús Murillo Karam, pasando por Arely Gómez González, Raúl Cervantes Andrade, hasta Alberto Elías Beltrán, los cuatro anteriores al Fiscal Alejandro Gertz Manero, quien informó a López Obrador sobre las órdenes de aprehensión.
Había que montar un show con una figura diabólica, y esa le tocó al ex director de la Agencia de Investigación Criminal Tomás Zerón de Lucio, presuntamente por manipular la evidencia en el Río San Juan durante una diligencia en la investigación.
Tomás Zerón huyó, por lo tanto lo convierte en culpable ante la opinión pública, en un caso donde se trata de olvidar la injerencia directa en la manipulación de datos por parte de funcionarios perredistas, aliados del entonces precandidato López Obrador. Uno de ellos el gobernador Ángel Aguirre Rivero, el alcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa.
A Zerón lo acusó Gertz Manero de ‘robarse’ mil millones de pesos de la PGR. Fue nombrado por Murillo Karam, y en el evento del sábado, Andrés Manuel y el Fiscal lo metieron en el imaginario popular como el pandemonium de Ayotzinapa, junto a los militares que serán aprehendidos, como prometió frente a familiares de las víctimas.
Peor aún, el 4 de diciembre del 2018, tres días después de tomar posesión López Obrador como presidente, y el general Sandoval como Secretario de la Defensa, le dieron un ‘premio’ al General Alejandro Saavedra Hernández, fue nombrado titular del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (ISSFAM).
El llamado “General de la Noche de Iguala”, estuvo al mando de los miembros del 27 batallón de infantería que estuvieron presentes la noche de los hechos. El general Saavedra otorgó 16 contratos por asignación directa a la Dirección General de Ingenieros de la Sedena ya en la administración del general Luis Crescencio Sandoval.
La Secretaría de la Defensa recibió 552 millones 852 mil pesos para realizar obras en favor del Instituto que administra los beneficios sociales, un número más a las Fuerzas Armadas como consentidas de la Cuarta Transformación.
Veremos a qué niveles castrenses llegan las detenciones. Mientras tanto los discursos de Alejandro Encinas, Olga Sánchez Cordero, Gertz Manero y López Obrador parecen tan contundentes como una mañanera más, pero así era la certeza del presidente con tooodo lo que revelaría Emilio Lozoya Austin quien ahora parece el ‘testigo’ más mudo del mundo. Y en Palacio no dicen ni Pío, perdón, con minúscula.