Promete Sheinbaum cero impunidad ante feminicidios y reforma vs violencia
JOSÉ MARTÍNEZ M.*
(Fragmento del libro Los claroscuros de Manuel Bartlett; poder, corrupción e impunidad)
-Lo sé, lo tengo claro, hasta el último día de mi vida los periodistas van hablar mal de mí-, esa fue la respuesta de Manuel Bartlett a mi petición de una entrevista para un perfil biográfico sobre este polémico personaje. Su socio y amigo Ignacio Cobo fue el encargado de comunicarme la negativa de Bartlett. La petición la hice meses antes de las elecciones del 1 de julio de 2018 que le dieron el triunfo presidencial al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
A petición de Cobo le hice llegar una serie de preguntas sobre los temas que me interesaba respondiera Manuel Bartlett, Nacho incluso me pidió el título del libro, yo le respondí que aún no lo tenía decidido pero le expuse que podría ser tentativamente “Los claroscuros de Bartlett”, donde pesaban más las sombras que la luz sobre el personaje.
Recurrí a Cobo a sabiendas de su íntima relación con Bartlett, la que luego me reconfirmó con una dedicatoria de puño y letra del propio Bartlett en el libro Juicio por daño Moral. Estudio de Caso La Caída del Sistema, en la que se lee: “Para Ignacio Cobo con cariño por los más de 50 años de amistad” y en seguida el nombre de Manuel Bartlett.
En ese libro bajo el sello de editorial Porrúa, Bartlett se auto exonera del fraude electoral de 1988 que impuso a Carlos Salinas de Gortari en la silla presidencial.
El día de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos por la red yihadista encabezada por Osama Bin Laden, Ignacio Cobo desayunaba en el hotel Geneve con el gobernador de Tabasco Manuel Andrade, los acompaña el columnista Carlos Ramírez, me sumé a la reunión justo cuando el segundo avión se estrellaba contra una de las Torres Gemelas de Nueva York.
Después del ataque terrorista y concluida dicha reunión, ya en la sobremesa Cobo me confió su relación de amistad con Manuel Bartlett y me habló de algunos negocios inmobiliarios entre ambos en Tabasco.
Alquimista y malabarista, con más de seis décadas en la administración pública y el ejercicio del poder, Bartlett aprendió a caminar sobre las aguas turbias de la política. Con habilidad ha sabido revolotear y deslizarse fácilmente sobre la cresta de las olas por muy agitado que esté el mar y huracanado el viento.
Desde sus inicios bajo la sombra del tabasqueño Carlos Alberto Madrazo comenzó a volar al ras antes y después de una tempestad.
A la edad en que muchos de los políticos se “jubilan”, él comenzó a mostrarse más activo pese a que algunos le auguraban un mal tiempo. Tardíamente aparecieron rayos y truenos en el horizonte con un nuevo escándalo hasta poner en riesgo su presencia en el equipo del presidente López Obrador.
Cuando el periodista Carlos Loret de Mola detonó el escándalo sobre las millonarias propiedades del flamante director de la Comisión Federal de Electricidad no me sorprendí de la denuncia periodística pues casi cinco lustros atrás el propio Andrés Manuel López Obrador había denunciado en su libro Entre la historia y la esperanza publicado en el año de 1995 por la editorial Grijalbo, los negocios inmobiliarios entre Bartlett e Ignacio Cobo, cuando el suegro de éste último, Mario Trujillo desempeñaba el cargo de gobernador del estado de Tabasco (1971-1977), Mario Trujillo García.
En ese libro López Obrador denunciaba que durante el gobierno de Trujillo muchos políticos y empresarios aprovecharon para sumarse a los negocios de la urbanización de la ciudad de Villahermosa, capital del estado.
Escribió López Obrador en su libro:
“En ese sexenio, por hablar sólo de un negocio, los terrenos de Manuel Bartlett Díaz, que había heredado de su padre, Manuel Bartlett Bautista, fueron urbanizados de una peculiar manera.
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