Líneas Quadratín
Opacidad en universidades públicas
José Luis Camacho Acevedo.
Las universidades públicas en México siguen funcionando con una opacidad en el manejo de sus finanzas que les permite funcionar paralelamente como cotos de poder político (Hidalgo, Sinaloa, Guadalajara, Puebla, etc.,) y un espacio totalmente libre para realizar negocios con una discrecionalidad que las ubica fuera del marco legal constitucional y de cualquier tipo de fiscalización.
Sobre el tema de la falta de transparencia en el funcionamiento de las universidades públicas en México, concretamente el de la BUAP preguntamos al Contador Francisco José Romero Serrano, Auditor Superior del estado de Puebla.
¿Qué tanta transparencia existe en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), fundamentalmente lo que preocupa y lo que se comenta, es una triangulación que se hizo con la venta de la franquicia del equipo de “Los Lobos de la Benemérita Universidad de Puebla”?
El auditor poblano nos respondió con claridad y firmeza lo siguiente:
“Ese es uno de tantos puntos que nosotros estamos investigando desde que tomé el mando de esta Auditoría Superior del Estado en noviembre del año pasado.
Si bien existen algunos antecedentes relacionados con los asuntos de fútbol y que tenemos la obligación de realizar, porque hay ya denuncias de terceros, inclusive del sector empresarial, denuncias que en varios casos son ya del ámbito penal.
Eso nos lleva a que, en función de nuestras atribuciones, tengamos que hacer algunas revisiones a cuentas públicas de años pasados.”
Preguntamos al Auditor Superior poblano si la modernización, como se entiende en las universidades de México, ha llegado a la Universidad de Puebla.
Su respuesta fue igualmente puntual:
“Pienso que no ha llegado esa modernización.
Permanecen las viejas costumbres entre las autoridades universitarias de la BUAP con respecto a que el Gobierno Estatal no se involucre en forma legal a la propia institución da lugar a que esta costumbre se convierta en una ley de no intervención lo cual no es legal, porque desde los puntos de vista constitucional, de vista legal y desde el principio de equidad, esta Auditoría Superior tiene facultades de revisión, no solamente en el ámbito de recursos estatales sino también federales y realmente lo que ha sucedido en años pasados en función a la costumbre es que ningún rector estaba acostumbrado que se le revisaran sus cuentas públicas.”
Y finalizamos preguntando si están avanzando las revisiones al presupuesto de la Universidad Autónoma de Puebla.
El Auditor, sin duda, contestó de manera categórica:
“Por supuesto que las revisiones se llevan a cabo.
Pero se realizan bajo los parámetros que establece la propia institución Universitaria, es decir año con año.
Pero si bien las universidades son sujetos de revisión desde su origen porque se constituyen como organismos autónomos, la vieja costumbre asumida por la autoridad académica es que prácticamente son intocables.
Ante esa actitud, no se podía revisar a fondo o bajo los parámetros y normas de auditoría y sobre todo bajo los principios normativos aplicables en materia de rendición de cuentas.
Era un pecado el decir que alguna Universidad debe ser auditada
Existe un tema en Oaxaca en el que la, como regularmente lo hace, la ANUIES, se pronuncia en contra de la intervención gubernamental en materia de fiscalización.
Y desde luego que ello no es correcto, porque las Universidades manejan recursos públicos superiores inclusive a las capitales de los Estados como es el Estado de Puebla donde el presupuesto de la Universidad es superior al del propio Ayuntamiento.
La autonomía Universitaria se estima en tres aspectos: el de libertad academia, la libertad de gobierno y la libertad con respecto a la forma en que se administran.
Pero lo anterior de ninguna manera es una condición liberatoria en el sentido de rendición de cuenta, razón por la cual resulta del todo constitucional y del todo legal la intervención, en este caso, de la Auditoría Superior del Estado de Puebla en la Universidad Autónoma de Puebla.
Y así lo haremos, concluyó el Contador José Francisco Romero.”