Marcelo ante un Trump engallado

José Luis Camacho Acevedo

Como siempre el canciller Marcelo Ebrard viajó a Estados Unidos con un encargo sumamente importante y delicado de su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

No cabe duda, que Marcelo sigue siendo uno de sus hombres de más confianza.

Estados Unidos finalmente ratificó el nuevo tratado comercial con México y Canadá, el conocido como T-MEC. Ayer el presidente Donald Trump firmó el acuerdo y lo dejo un solo paso de que pueda ser implementado y sustituya definitivamente el actual Tratado de Libre Comercio (TLCAN).

La ratificación sucedió 425 días después de la firma del acuerdo inicial en Buenos Aires. Desde entonces hubo muchos obstáculos, nuevas pláticas, renegociaciones de ciertos aspectos del pacto. Fue gracias al gobierno de López Obrador y la oportuna intervención y negociación de Jesús Seade y Marcelo Ebrard que finalmente el T-MEC se materializó.

“Por fin estamos terminando con la pesadilla del TLCAN”, se congratuló Trump, jocoso de cumplir otra de sus promesas electorales justo en el inicio de su campaña de reelección, algo que le beneficiará en estados clave como los del cinturón industrial del medio-oeste.

Pero horas antes, un engallado y manipulador Trump afirmó, eso si “con todo respeto”, (gracias), que México está pagando por el muro que se construye en la frontera sur de su país, y que además, es algo que supuestamente le conviene al gobierno mexicano.

Durante un mitin en Nueva Jersey, Trump sacó su lado combativo y aseguró que “nos gusta mucho México y nos llevamos muy bien con ellos y su presidente es amigo mío, y está haciendo un trabajo fantástico —en la frontera— y es una situación difícil, pero México está, de hecho, pronto lo averiguarán, pagando por el muro”.

Con todo respeto presidente Trump, el gobierno de México esta aplicando una política migratoria de control en la frontera con Guatemala a conveniencia de nuestra propia nación. La realidad es que el gobierno de la 4T no quiere que en territorio mexicano se instalen colonias de migrantes tal como ha sucedido en algunas países europeos como Francia, España y Grecia.

Una falta de control en la política migratoria sería una irresponsabilidad para mantener la estabilidad del país, México mantiene a la Guardia Nacional en la frontera sur para supervisar que los procesos migratorios se lleven a cabo de forma ordenada por el bien de los mexicanos.

Otra misión cumplida de Marcelo Ebrard.

EN TIEMPO REAL

1.- Continúa la tendencia de que los políticos demanden a los periodistas. El emblemático caso del exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira contra el analista Sergio Aguayo, a quien demandó por daño moral por un monto de 10 millones de pesos, al parecer atrajo el interés de otros personajes del mundo de la política, que vieron en esta estrategia una excelente forma de coartar la libertad de expresión.

Ahora el también exgobernador pero de Oaxaca, José Murat se le ocurrió demandar al periodista Joaquín López-Dóriga.

Ya nada más falta que Felipe Calderón se ponga a demandar a quienes le hicieron memes con pretexto del coronavirus.

2.- Quién autoriza en TV UNAM que John Ackerman pueda llevar invitados como el youtubero Vicente Serrano para insultar a periodistas.

Resulta un tanto contradictorio que una institución como la Máxima Casa de estudios permita que personajes como Serrano, puedan insultar y denostar periodistas como Ciro Gómez Leyva y Julio Hernández, tildándolos de chayoteros en un programa de televisión abierta.

Quien acusa tiene la responsabilidad de probar, que haga entonces lo propio Vicente Serrano y pruebe sus dichos, resulta muy fácil aventar la piedra y esconder la mano, o como dijo Ricardo Raphael aventar una granada a la casa de la cual acabas de salir, sin que te importe el destino de quienes dejas en ella.

3.- Tan sólo un mes después de haber sido nombrada por el Congreso de Baja California como primer fiscal Especializada en el Combate a la Corrupción en la entidad, Elizabeth Ojeda Mayoral renunció a su cargo. La ahora ex funcionaria explicó que lo hizo por carecer de infraestructura, recursos y personal para realizar esta encomienda constitucional.

Con esta nueva renuncia suman ya al menos tres funcionarios de alto nivel que han dimitido al gobierno de Jaime Bonilla Valdez, lo cual habla mucho de la inestabilidad y la falta de control de su gobierno, y eso no es más que inexperiencia para gobernar.