Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
En el Estado de México, después de escuchar ayer el discurso ñoño y ya muy repetido de Mario Delgado, un discurso lleno de un triunfalismo digno de las mejores cantaletas mentirosas y demagógicas del viejo PRI, siguen proyectando la idea de que al parecer los números siguen sin cuadrarle a MORENA para que en junio del presente año derrote a la bien articulada maquinaría electoral de los tricolores en esa entidad.
El factor que trae a MORENA montada en el lomo de un venado con una maestra Delfina Gómez que definitivamente no levanta, ese factor es la división interna que sigue prevaleciendo entre los militantes mexiquenses del movimiento construido por Andrés Manuel López Obrador.
Quien sigue siendo el que reparte el queso en las filas morenistas del Estado de México es Horacio Duarte. Se asegura que Duarte es el que dispone del enteramente del dinero de MORENA para la campaña de la maestra Delfina Gómez y que lo reparte con una discrecionalidad política que alienta la mencionada división.
Hace seis años, recuerdo que en una apuesta de bocadillos que hicimos Ciro Gómez Leyva y el redactor de éstas notas en relación al probable ganador de las elecciones que entonces jugaban la misma Maestra Delfina Gómez y el actual mandatario mexiquense Alfredo del Mazo, yo veía ganadora por un reducido margen a la maestra Gómez. Pero entonces el actual presidente Andrés Manuel López Obrador le pidió al perredista Juan Zepeda que declinara a favor de la maestra.
Con su reconocido olfato político Ciro me dijo que él apostaba por Alfredo del Mazo dado que si López Obrador pedía los votos de Juan Zepeda, era porque el tabasqueño no estaba seguro de que los números de la maestra Delfina fueran suficientes para vencer al heredero de la dinastía Del Mazo.
Zepeda no renunció a su candidatura y el cómputo final, en una carrera cerrada como pocas, Del Mazo se impuso a la texcocana por un escaso margen que, en aquella época, le dieron los votos de su aliado el Partido Verde.
Hoy el reto crucial para MORENA es lograr la unidad de sus cuadros en el Estado de México.
Muy forzado se ha visto el apoyo de Higinio Martínez, quien, desde mi punto de vista, tiene la maquinaria mejor aceitada electoralmente en toda la entidad.
Por su parte el discurso de la maestra Delfina Gómez es prácticamente inexistente.
El Estado de México, la joya de la corona de las entidades de la república, necesita más que el simple impulso de la figura de Andrés Manuel López Obrador para convencer a un o de los electorados más experimentados del país.
Los morenistas pueden perder el Estado de México si prosiguen con su sectarismo y sus divisiones creadas por grupos y camarillas.