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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 20 de marzo 2020.- La llamada del domingo 15 fue muy diferente a muchas otras que el presbítero Roberto Yenny García había recibido de sus superiores; quizá la más importante en su profesión que comenzó en 1996, porque le ponía enfrente una distinta encomienda y trazaba un rumbo especial para su vida. Ese primer acercamiento diseñó lo que el 19 de marzo de 2020 –justamente el mismo día que cumplió 24 años de su ordenación- se convertía en una noticia oficial: Su nominación como obispo. CAMINO AL NOMBRAMIENTO Con 48 años cumplidos apenas un mes atrás, recibía así un encargo relevante en la misión que asumió cuando tenía 24. Porque los obispos habían visto en él a un guía espiritual con aptitudes para hacerse cargo de una Diócesis; pusieron su nombre en una lista y –siguiendo el proceso de rigor en estos casos- lo enviaron a El Vaticano, donde con base en el profundo análisis de sus cualidades se tomó la decisión. “Para empezar debes pasar 35 años de edad, y tener más de 5 como sacerdote, pero sobre todo valores y virtudes, que son los que más te recomiendan; y es algo de lo que no te enteras hasta que llega la noticia, porque ese listado es sumamente confidencial. Luego de que te ven como persona apta, solo esperan donde existe una vacante, que generalmente es en tu país, aunque casi nunca en tu región, (y) te dan el aviso previo, que después ya nada más se confirma”.
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