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GUADALAJARA, Jal., 8 de mayo de 2021.- El Club Deportivo Guadalajara es su gran amor. Joel Sánchez no tiene duda: es el equipo más grande del país. El Tiburón, un histórico del cuadro rojiblanco, celebra los 115 años de vida que este sábado cumple la institución y asegura que su relevancia va mucho más allá del rectángulo, pues considera a Chivas un “fenómeno social impresionante”.
En el 115 aniversario del Rebaño Sagrado, Joel Sánchez atiende una charla exclusiva con Quadratín Jalisco. Asegura que Chivas es el más grande pues jugó también en América y lo define como un equipo más elitista. Levanta la mano para algún día volver al Guadalajara, ahora como entrenador. Recuerda lo bueno que vivió como jugador. Afirma que no le tocaron malas.
El Tiburón Sánchez rememora con emoción el día en que fue campeón y su nombre se volvió eterno para la historia de Chivas. Confiesa que pese a darle 17 años de vida al equipo, todavía siente que le queda a deber. También profundiza sobre los valores del equipo y considera “imposible” que algún día se rompa la tradición de jugar sólo con mexicanos.
Muchas cosas. De entrada en el plano deportivo, el gran amor, así es como puedo definir al equipo que más quiero y voy a querer durante toda mi vida, al equipo que le debo gran parte de mi formación personal, integral, por supuesto profesional y hasta familiar. Muy feliz de haber pertenecido a este club por 17 años y espero retomar ese romance en algún momento.
De entrada mi debut, voy en orden de aparición. Había tenido muchos años de formación, de ir pasando de una categoría a otra, pero sí lo que más recuerdo es mi debut. El llegar a un vestidor lleno de figuras, donde yo me sentía como vivir en un sueño, porque después de ver los partidos en el Estadio Jalisco, verlos en el vestidor, en la Anacleto Macías Tolán, el club emblemático que tuvimos por muchos años y que era un patrimonio para muchos de nosotros. Ya compartía vestidor con ellos, compartía viajes, fue un sueño cumplido. Después, por supuesto la cereza del pastel en mi época como jugador el campeonato que vivimos en el Jalisco, una comunión impresionante con la afición, con la directiva, con la misma prensa. Me parece que ese fue el momento cúspide que logré vivir como jugador de Chivas. Después, mi regreso también lo valoré muchísimo, lo disfruté me parece que hasta más que la primera incorporación mía al primer equipo, porque regresaba con el gran amor. Estuve un par de años más, ya como capitán, ya con una trayectoria un poquito más consolidada a nivel clubes y a nivel Selección. Fueron etapas que nunca voy a olvidar.
Cuando tomas la camiseta de Chivas para jugar, para cumplir el sueño de millones de personas, ¿qué se siente? ‘Uta ma’… pues si quieres nos amanecemos aquí. El cúmulo de emociones que te llegan a la mente, al corazón, a las piernas, a las fibras es indescriptible porque tú juegas contra equipos importantes, contra Atlas, contra Cruz Azul, contra América, contra Monterrey, Tigres, independientemente del rival, tú te vas a poner la playera que te hace sentir invencible, que te hace sentir como con una armadura difícil de penetrar. Entiendo perfectamente que el aficionado sueña con ser dignamente representado, pero ponértela para cumplir esa función, ‘uta eso no tiene precio. Sé que vas ganando ya con portar el escudo, sales a la cancha y te sientes superior al rival, independientemente de quién sea y de qué instancia sea también. Un uniforme y un escudo que te hacen jugar de local 17 jornadas por torneo, que te hace sentirte diferente al resto de los equipos. Te lo digo porque lo viví en otros lados y veo también cómo se expresan muchos chicos que llegan al Club Guadalajara y rápido se enamoran. Cómo no se van a enamorar del mejor club cualquier jugador, ahora imagínate traer el arraigo desde los 12 años, por 17 que me tocó vivir en este hermoso club. No hay forma de poner en tela de juicio qué equipo es el más grande y el más querido del país.
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