LEÓN., 17 de octubre de 2020.- Ubicada a las afueras de la ciudad de León, Guanajuato, San Juan de Abajo es históricamente una de las comunidades con mayor índice de pobreza extrema, lugar donde se pueden ver a diario imágenes que conmueven, llegando a encontrar en las calles de terracería a niños asando grillos y chapulines para comer.

Ubicada a las afueras de la ciudad de León, Guanajuato, San Juan de Abajo es históricamente una de las comunidades con mayor índice de pobreza extrema, lugar donde se pueden ver a diario imágenes que conmueven, llegando a encontrar en las calles de terracería a niños asando grillos y chapulines para comer.

Con un asador improvisado por piedras, leña y una vieja cacerola les quitan las patitas para disponerse a cocinarlos. Dany Béjar.

Se trata de Yahir y Pedro, pequeños no mayores a diez años que con un asador improvisado por piedras, leña y una vieja cacerola les quitan las patitas para disponerse a cocinarlos. Lo que para algunos es una comida exótica que comen cuando viajan o van de vacaciones, para ellos es parte de su alimentación y lo ven con total naturalidad, la situación se ha visto recrudecida con la pandemia y el confinamiento.

«Para los niños son otras actividades, hay veces que no quieren estar adentro, prefieren estar afuera para evitar el encierro es muy difícil para ellos en general”, explica Lucero Herrera, abuela a cargo del cuidado de los pequeños.

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