Iniciamos era de esperanza, amor y compromiso por Puebla: Armenta
ACAPULCO, Gro., 22 de noviembre de 2021.- “Nunca he caído en un hospital hasta ahora que ya voy para 61 (años)”, dice Elena* a su salida del Hospital General de Chilpancingo, con un diagnóstico de cáncer.
El primer lunes del mes viajó desde la comunidad náhuatl de Chicotlán, en Guerrero, con dos hijas, una nieta y su esposo, con maletas al hombro para tres días de un tratamiento programado que se canceló por falta de materiales y porque no llegó el especialista.
En sustitución, recibió un pase a un hospital de especialidad en Acapulco; en tres meses gastó 22 mil pesos en estudios, medicamentos y estancia en la capital del estado, sin hospedaje para sus familiares, quienes durmieron una semana sobre cartón, afuera del hospital.
En la salud, las comunidades indígenas son las más desprotegidas y las mujeres llevan la peor parte, señala Nadia Maciel Paulino de la Red de Mujeres Jóvenes Indígenas y Afromexicanas (Remjina). “Siempre están trabajando, reciben menos cuidados y menos alimentación que merma su salud”, dice en entrevista.
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