Querétaro, golpe a la impunidad
La educación debe ser libre
La educación es la clave del futuro. La clave del destino del hombre y de su posibilidad de actuar en un mundo mejor: John F. Kennedy
No paran las preocupaciones ciudadanas ante las inquietudes presidenciales de seguir atizando el bienestar desde Palacio Nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador no parece consultar ni a la inteligencia, ni a la ciencia, ni a la tecnología, pero él pretende rediseñar cada día nuestro modelo de desarrollo, me lo imagino caminando por ese vetusto y frío monumento nacional en busca de inspiración para trascender.
¿Buscará ahí estímulos creativos en sus noches de insonmio o en sus tardes de introspección? Quizá visite las habitaciones de Don Benito Juárez, ahi vivió y murió, o mejor prefiera recorrer alguno de los museos sobre su periodo histórico republicano y liberal. También puede decidir contemplar los murales históricos de Diego Rivera, recorrer los fastuosos salones presidenciales o quizá prefiera practicar algún rito o invocar al sol, en el patio central.
¿Qué significado le damos? El predicador de la austeridad decidió vivir enmedio de los tesoros de la Nación, en el mismísimo corazón histórico de México, entre el lujo y la ostentación, con un gasto de 6 millones mensuales, según un reportaje de El Sol de México.
La residecia oficial de Los Pinos, tan satanizada por ser símbolo de ostentación, por decisión del presidente López Obrador se convirtió en Complejo Cultural, una especie de museo de la memoria para el pueblo.
Visité el nuevo museo casi al arranque del sexenio, había guías muy jóvenes, mal preparados, pero eso sí, morenistas en ascenso, deseosos de ganarse una posición en la nueva Administración Pública, quienes hablaban de los tiempos pasados de suntuosidad y esplendor neoliberal con desprecio.
Aunque las habitaciones mostradas no eran tan fastuosas y poca obra pictórica adornaba las paredes, esos paseos arbolados, resaltaba el joven conductor de la visita, no los tienen ni en los Campos Elíseos de París, y remataba: «así eran los excesos del régimen derrotado». Esa era más o menos la narrativa, un poco disociada de la realidad, pero seguramente inculcada por ideólogos improvisados de la 4T.
Con toda la satanización en contra de los expresidentes que vivían en la opulencia, repetía López Obrador, fue recibida con asombro su decisión de vivir en Palacio Nacional. Ahí, según el mismo informó, se hizo acondicionar un departamento, ya existente desde que el expresidente Felipe Calderón mandó cosntruir y también usó Enrique Peña Nierto, para vivir con su consorte, Beatriz Gutiérrez Muller y su hijo adolescente, Jesús Ernesto.
Hace dos meses, al hacer un primer recorrido con la fuente presidencial, dijo que era un orgullo vivir ahí, que la historia lo inspira para seguir luchando por México, me recordó ejemplos coincidentes de pensadores contemporáneos que hablan de la diferencia entre los países prósperos y los subdesarrollados: los primeros ven hacia el futuro, apuestan a la educación y a los jóvenes; mientras que países como México, buscan en su pasado la grandeza, enaltecen héroes a quien honrar.
Y esto tiene relación con que hoy el presidente externó su deseo de retomar una más de sus obras trascendentes: «la educación y los libros de texto del nuevo modelo educativo, que evitarán se formen personas deshumanizadas y egoístas porque ese era el plan de la época neoliberal», con esa finalidad el mandatario señaló en su mañanera que en el análisis de los contenidos participan maestros y no sólo expertos.
Los especialistas en el tema insisten en que no todo puede someterse a consulta pública aunque el presidente insista en recalcar que «los contenidos de los libros reflejan 36 años de dominio de la política neoliberal, lo que hicieron: querían privatizarlo todo».
El exsubsecretario de Educación Pública, Gilberto Guevara Niebla, experto en materia educativa, afirmó que es una mentira despreciable que se califique de neoliberal la educación o el contenido de los libros de texto: «se desprecia la obra educativa de grandes maestros como Vasconcelos, Torres Bodet, Reyes… también es un escupitajo para los maestros», dijo y acusó al coordinador del proyecto educativo de López Obrador, Max Arriaga, de manipular los foros de consulta –realizados del 31 de enero al 25 de marzo, en todo el país– pues en estos prevaleció la adulación al gobierno, lo que representa un peligroso retroceso.
Cierto es que la Secretaría de Educación Pública (SEP) convocó a diversos actores involucrados en el rediseño educativo de textos y también de planes y programas de estudio, «pero al final prevalecen miradas sesgadas y serviles, como la del filólogo de la 4T, Max Arriaga,quien profesa una ideología confusa y barata, carece de experiencia educativa y miente al decir que se consultó a millón y medio de personas», sostuvo Guevara Niebla.
La educación no sólo es otro tema que se suma a la larga lista de rubros candentes del presente gobierno, es fundamental, y fue uno de los primeros abordados por el gobierno de López Obrador al eliminar la Reforma Educativa de Peña Nieto y desaparecer al Instituto para la evaluación magisterial, asunto que fue muy cuestionado por significar un retroceso al cancelar la excelencia educativa.
En la reforma de AMLO se reconoció el derecho de los maestros a acceder a un sistema permanente de actualización y formación continua y, además se les confirió la facultad de participar en el Consejo Consultivo que evalúa su desempeño, o sea se les convirtió en juez y parte.
La educación, sin duda, es fudamental para lograr un mejor país. Por ejemplo, la escuela alemana no vacila en atribuirse objetivos de moralización y enseñanza cívica, el alumno alemán es considerado como un ciudadano, sujeto de derechos independientes. Con derecho a la libre expresión, con libertad de prensa escolar y a crear asociaciones: La censura de los textos publicados por alumnos sería ilegal.
Está muy claro que la escuela debe transmitir el saber, las habilidades y las aptitudes, volverlos aptos para el juicio libre y autónomo, el comportamiento responsable y y la actividad creativa; educarlos para la libertad y la democracia, la tolerancia, el respeto de la dignidad del otro y el respeto de la convicción del otro.
En fin, nuestro país al igual que cualquier nación que busque el progreso, debe preservar la libertad de educación, alentar un espíritu libre en los educadores y en los educandos, libre pensamiento, libre expresión. Cualquier atadura ideológica a la llamada 4T sería irresponsable, puesto que su filosofía es indefinida y carente de sustento pedagógico.
Mejor incorporemos a los contenidos de los libros de texto valores humanos universales: el pacifismo, la ética, la cultura, la acción social y la responsabilidad política y ambiental, los derechos y deberes en sociedad, etcétera. Dejemos definir a los verdaderos pedagogos, y evitemos experimentos que tiendan a crear seres alienados, inconcientes, sin identidad, dogmáticos.
Al final, parece que entramos en un laberinto sin fin, se suman los conflictos por la confrontación política y las descalificaciones ilegítimas a legisladores opositores, crecen exponencialmente los feminicidios y las desapariciones forzadas, no hay respuesta oficial a las protestas contra los daños ecológicos irreversibles del Tren Maya, la inflación entró en una espiral ascendente, el sistema de justicia está colapsado por la impunidad (de alrededor del 90%), con un fiscal general de la República cada vez más cuestionado…
¿Quién nos gobierna?
En mi búsqueda de respuestas, encontré y compartro este perfil psicológico. Definía el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung: «Un Inconsciente hiperdimensionado es siempre egocéntrico y el consciente no puede hacer nada salvo preservar su propia existencia. Es incapaz de aprender del pasado, incapaz de entender eventos contemporáneos e incapaz de proyectarse correctamente hacia el futuro.
«Las personas egocéntricas se sienten infalibles. Aunque se presentan como individuos seguros y sobrados de autoestima. Estas armas las utilizan como mecanismo de defensa porque en el fondo son personas solitarias y llenas de inseguridades. Por eso necesitan sentirse adulados y admirados constantemente por los demás».
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