Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Judith Álamo López
“Donde no hay esperanza,
nos incumbe a nosotros
inventarla”: Albert Camus
Surge el fenómeno Xóchitl Gálvez, la mujer de origen indígena que, como producto del esfuerzo y una voluntad férrea logró convertirse en ingeniero en Computación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especializarse en robótica, inteligencia artificial y experta en edificios inteligentes.
Sí, no hablamos de una mujer anclada en la superación profesional. No, es una mujer preparada con visión de actualidad y futuro. Por lo pronto desbordó a las redes de apoyos a su postulación, inclinó la balanza del Frente Amplio Por México (FAM) a su posible postulación, y empieza a figurar en las encuestas de preferencias rumbo al 2024.
Por eso, su principal detractor ha sido y será el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien al igual que muchos no se esperaban la disrupción en la escena sucesoria de una mujer con la personalidad y autenticidad de la senadora hidalguense, quien viene a descarrilar el proyecto presidencial. Tan a gusto que estaba impulsando desde Palacio Nacional, en forma ilegítima y con recursos públicos, a sus corcholatas.
Y ellas, en gira por todo el país, con la multiplicación de espectaculares en ciudades y caminos nacionales, gastando lo que el pueblo requiere para la buena gobernanza, combatir inseguridad, comprar medicamentos y vacunas insuficientes en el cuadro básico, pagar programas sociales cancelados por una falsa «austeridad» como las escuelas de tiempo completo, refugios de mujeres golpeadas, etcétera, etcétera…
La popularidad de la senadora Gálvez creció exponencialmente cuando desafío al mandatario exigiéndole su derecho de réplica, en el mismo lugar en que demostraría haber sido falsamente acusada por él de estar en contra de los programas sociales, y López Obrador se negó a cumplir el mandato de un juez.
Exhibió una vez más su aversión a la ley que mediante un amparo le exigía darle voz a la aludida, se negó a compartir la tribuna que él usa como Santa Inquisición para sacrificar pública y lapidariamente a sus adversarios. «Que haga su propia conferencia mañanera», dijo.
Ha sido él y sus corifeos quienes han exhibido su carencia de escrúpulos al atacar a la hasta ahora principal figura del FAM, disruptiva y esperanzadora, con epítetos denigrantes para tratar de reducir su imagen a la de una marioneta de la oligarquía.
Olvidó él y sus cercanos que hace cinco años, la misma Xóchitl Gálvez que hoy denuestan fue invitada a sumarse a Morena por sus atributos y liderazgo. La contactaron Claudia Sheinbaum y Andy López Beltrán, la ahora corcholata favorita y el hijo pródigo, los principales operadores de AMLO en 2018. Así lo relató la senadora Gálvez, quien rechazó la invitación porque había presenciado tiempo atrás la cerrazón de AMLO.
La congruencia y la honestidad en la política parecen ser las grandes ausentes, lo que vemos en las confrontaciones y polémicas es que quienes detentan el poder y sus huestes quieren mantenerse como beneficiarios eternos, por Dios ¿quién cree a los pregoneros de la llamada Cuarta Transformación, antes críticos de gobiernos infames, hoy sean incondicionales sinceros del rey desnudo? –como el del cuento de Hans Christian Andersen–.
El show adelantado de la sucesión presidencial ocupa los reflectores de la agenda pública, primero fueron las corcholatas de Morena quienes sin debates ni compromisos a futuro llamaban al tedio, pero la aparición del FAM y sus augurios de evitar la continuidad, hizo emerger la esperanza en el porvenir.
La baraja se amplía con la inscripción de aspirantes a encabezar el Frente Amplio por México, bueno hasta Movimiento Ciudadano manifestó simpatía por Xóchitl Gálvez, quien por cierto no es militante del PAN; otros aplaudieron ayer al panista de cepa Santiago Creel y su emocionado discurso contra AMLO, y hoy ocurrió lo mismo con el priísta Enrique de la Madrid.
El Instituto Nacional Electoral y el Trife hasta el momento han declarado improcedentes las solicitudes de partidos políticos opositores y otras instancias ciudadanas para dictaminar impugnaciones que impidan los actos anticipados de campaña, consideraron que las giras son parte de actividades partidistas y por ello emitieron medidas cautelares, o sea los aspirantes no deben actuar ni hablar como si anduvieran en campaña.
Es obvio que la equidad entre los participantes en la contienda electoral ya no podrá rescatarse debido a que con el liderazgo presidencial Morena ha actuado con alevosía y ventaja al anticiparse más de dos años a los tiempos previstos por ley.
El jefe de campaña está en Palacio, violando toda norma posible, por eso hay que insistir en que la autoridad electoral debe recuperar fortaleza para actuar con firmeza en el proceso del 2 de junio de 2024, por ello existe el INE para dar certidumbre democrática a los 98 mil ciudadanos que elegirán 20 mil cargos públicos federales y municipales, así como al presidente de la República para el periodo 2024-2030.
Ausente el gobierno de su cometido y deber, la violencia en México sigue escalando, sólo en los últimos días: secuestran a 16 policías en Chiapas, atentan contra un alto funcionario del gobierno de Tamaulipas; descubren buscadoras más fosas clandestinas; acribillan al líder histórico de las autodefensas, Hipólito Mora, en una emboscada tendida por medio centenar de atacantes, entre Viagras y guardias nacionales, detonaron más de mil tiros. En paz descanse este defensor de su pueblo.
El Obispo de Apatzingán, monseñor Cristóbal Asencio García, reprueba que el gobierno ignore el drama que viven miles de mexicanos por la violencia, lamenta el fracaso de López Obrador quien ofreció pacificar al país y considera un despropósito celebrar en lugar de declarar un día de luto nacional por la violencia que arrasa al pueblo michoacano. La arremetida, injusta, en contra del obispo por parte del jefe del Ejecutivo no se hizo esperar.
Nada impidió ni empaña que el gobierno de la Cuarta Transformación haya celebrado el 5o. Aniversario del triunfo de Andrés Manuel López Obrador con acarreo masivo, amplio espacio con sillas y sombra para los invitados especiales, largo y repetitivo discurso que recuerda a los pronunciados por los caudillos socialistas Castro o Chávez.
El sábado 1 de julio fue el mesías tropical quien exigía a los cansados y asoleados asistentes de a pie corearan palabras clave del discurso, quizá por ello fueron abandonado exhaustos la plancha del Zócalo, antes de que concluyera el evento.
Insiste el jefe de Estado y Gobierno mexicano en la Plaza Mayor y dentro de Palacio Nacional en emitir sermones ajenos a sus atribuciones constitucionales en los que repite a manera de ministro de culto que su principal papel es orientar, concientizar a quienes tienen menos información, sobre todo a los jóvenes, quienes tienen mente más fresca… para evitar que caigan en el fanatismo del conservadurismo.
Ahora sí que ni en las peores pesadillas.
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