Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Judith Álamo López
«La peor de las democracias es mil veces preferible a la mejor de las dictaduras»: Ruy Barbosa
El Frente Amplio por México conformado por los partidos integrados en la alianza Va por México (PRI, PAN Y PRD) y un centenar de organizaciones de la sociedad civil hizo su aparición el lunes 26 de junio y, de inmediato, le quitó al presidente Andrés Manuel López Obrador la exclusividad de definir la agenda pública.
Eso es un buen indicio en una nación democrática que lleva dos años de atestiguar cómo en forma ilegal e inconstitucional AMLO ocupa la máxima tribuna del país, así como los medios y recursos públicos para dirigir y construir la campaña político electoral para mantener en el poder a Morena.
Mucho se ha cuestionado la ilegalidad de adelantarse a la fecha establecida por ley para arrancar precampañas de los comicios del 2024, de noviembre a junio de 2023, pero los opositores sólo están haciendo lo que el INE y el Trife permitieron como autoridad electoral quebrantada.
El tiempo pasa y el INE no ejerció con oportunidad y firmeza medidas cautelares en contra del presidente de la República quien, desde julio de 2021, cuando decidió a sus corcholatas. Por cierto, esa forma de nombrar a su posible sucesor refleja su personalidad de líder populista, megalómano y narcisista, coinciden varios psiquiatras, quienes subrayan su actuación con sumo desdén hacia sus condiscípulos.
Bajo su influjo y hostigamiento cayó la autoridad electoral tras años de confrontación y pese al respaldo público ciudadano, logró ser intervenida y entibiada por Morena que filtró en la presidencia a una consejera subordinada al gobierno transgresor, ya no está la dupla Córdova-Murayama que junto con varios consejeros integraron un dique patriótico de contención.
Ahora, hay quienes con escasa memoria generalizan que ambos grupos, los oficialistas y la oposición está violando la ley, y quizá en stricto senso así sea, aunque aquí sí cabe decir que esta situación no los iguala, y coincido en que el futuro de la Nación amerita decisiones inéditas y audaces.
No olvidemos que la carrera por la sucesión, contrariando la ley, se inició en Palacio Nacional en julio de 2021, dos años y medio antes del periodo establecido. O sea que el piso entre contendientes de los comicios del 2024 hace mucho está disparejo.
La coalición Va por México si acudió al INE a interponer recursos en contra de Morena y para inscribir el Frente Amplio por México buscó y encontró un subterfugio legal en cuanto a forma, para evitar quedar aún más rezagados frente a Morena y sus aliados y encontrar al candidato presidencial ideal, que signifique una opción para un amplio electorado ninguneado por AMLO, pero unido por querer preservar un México libre y democrático.
De entrada se pensó en conformarse bajo el eje del Frente Cívico Nacional, un frente ciudadano con presencia nacional que ha participado activamente en las marchas en defensa del INE, sin embargo explican varios de las personas convocadas a integrarse en un Consejo Electoral Ciudadano que este decidió disolverse antes de instalarse, debido al cambio de método de consulta.
Los partidos políticos PRI, PAN y PRD aliados con organizaciones ciudadanas accedieron a crear un Comité organizador y un Observatorio, así como abrir el 4 de julio próximo el registro de aspirantes a convertirse en el responsable nacional para la construcción del Frente, a través de Internet integrar un padrón con población abierta, organizar foros y debates, practicar estudios de opinión y efectuar una votación directa entre la población abierta.
Alrededor de 15 aspirantes han confirmado su participación, entre ellos destacan Enrique de la Madrid, Xóchitl Gálvez, Santiago Creel, Beatriz Paredes, a ver cuántos de ellos logran el respaldo de las 150 mil firmas necesarias para pasar a la segunda etapa y participar en el gran foro para discutir y analizar propuestas con estudios de opinión pública.
Finalmente, a la tercera etapa llegarán los tres mejores perfiles para intervenir en 5 foros, el 3 de septiembre habrá una consulta directa a los ciudadanos previamente registrados en la plataforma digital. Estos resultados y los que se obtuvieron en los estudios de opinión serán promediados con igualdad (con 50% de valor) y se publicarán en esa fecha, dando a conocer el nombre del responsable del Frente Amplio por México.
A 48 horas del anuncio ya se han bajado varios de los que aspiraban a ser candidatos, entre ellos: Mauricio Vila, por razones de incompatibilidad de tiempos con su responsabilidad de gobernante de Yucatán; los senadores Germán Martínez y Lily Téllez por considerar que violarían la ley y no hay claridad en cuanto a la obtención de recursos y otros aspectos del método.
Hay mucho por decidir, pero sin duda, los recursos a utilizarse para precampañas es necesario se den a conocer con total transparencia y apego a la ley, tanto por parte de la alianza «Juntos Haremos Historia» (Morena, PT y PVEM), como por los partidos integrados en el Frente Amplio por México (PRI,PAN y PRD), ya que es la única forma de blindar nuestra democracia al financiamiento de grupos criminales o el lavado de dinero.
La ilegalidad ha sido el sello distintivo del gobierno de López Obrador. Sólo en materia de derechos humanos, organizaciones nacionales y extranjeras han condenado a su gobierno por el uso abusivo del poder público y el discurso de odio usado contra quien opina distinto –periodistas, opositores, etc.–, pero estos y otros llamados de organismos multilaterales a actuar como jefe de Estado y de Gobierno, no como dirigente de un partido político sólo exacerban su odio a la ley.
Es momento de tener presente que AMLO fingió ser un demócrata para llegar al poder, luego traicionó esos principios y ha gobernado al margen de la ley, con mentiras para manipular a sus seguidores, con el uso y abuso personal de los programas sociales gubernamentales y con la utilización de militares para mantener en reserva el gasto en sus megaproyectos y eludir la rendición de cuentas, entre otros motivos.
Hoy, pretende heredar el poder a Claudia Sheinbaum, «la preferida» para que continúe su transformación de cuarta y le cubra la espalda. Pero si pese a más de dos años de costosísima campaña de plano no levanta, a esta simulación ha sumado a otras cinco corcholatas, dos de ellas con mayores posibilidades de convertirse en «coordinador en defensa de la 4T» –eufemismo con que se esconde la elección de candidato presidencial.
Ellos son Marcelo Ebrard y Adán Augusto, quienes realizan también onerosas campañas que incluyen colocación de cientos de espectaculares en espacios urbanos y rurales, mítines y otros eventos en las principales ciudades del país, empezaron estas giras el 19 de junio pasado y concluyen el próximo 27 de agosto.
Contra advertencia no hay engaño, ahora investido de la soberbia con que ejerce el poder presidencial, convencido de que este será eterno, al margen de la ley y sin mediar las elecciones del 2 de junio de 2024, ya anunció que pasará la estafeta del mando en septiembre de 2023 a quien resulte ganador de la encuesta de Morena, o sea más de un año antes del cambio de gobierno.
Me sumo a quienes claman porque las autoridades electorales despierten y cumplan con su trabajo para evitar que los deseos del líder carismático morenista se cumplan y se consume un fraude total a la democracia.
Los comentarios en la conferencia mañanera y sus risitas socarronas para invitar a sus corifeos a pedirle adivinar quien será el candidato opositor sólo esconden molestia e impotencia por la pérdida del control total en la sucesión, aunque eso no le impedirá tratar de descarrillarlo. Recordemos que será el 3 de septiembre cuando la oposición de a conocer su candidato, mientras que Morena lo hará sólo tres días después.
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