Itinerario Político
QUERÉTARO, Qro., 7 de septiembre de 2020.- Estamos frente a la crisis económica más severa que hayamos padecido en un siglo. De la respuesta que demos a los efectos de la pandemia dependerá en mucho el futuro de México.
El reparto de los apoyos sociales no está funcionando para reactivar la economía. Es momento de que el Gobierno reaccione. Se necesita inyectar recursos de manera urgente para incentivar la creación de empleos. Es momento, también, de que el Gobierno recupere la confianza perdida, porque sin confianza no habrá inversión y sin ésta no habrá recuperación económica. El Paquete Económico –el instrumento de política pública más importante con que cuenta el Gobierno– debe orientarse decididamente a la implementación de medidas contracíclicas que fomenten la inversión y la creación de empleos.
En medio de un panorama económico deprimido, apoyamos la decisión del Gobierno de no aumentar impuestos. Las empresas han hecho un esfuerzo inaudito, y en solitario, para mantenerse al flote a pesar del cierre completo de la actividad económica por varios meses. Pero consideramos que debe ir más a fondo.
La salud debe tener la más alta prioridad
Necesitamos un presupuesto racional, que asigne los recursos necesarios para contener la pandemia. La salud debe de tener la más alta prioridad. El Covid-19 exhibió las profundas fallas de nuestro sistema de salud. Los recortes e ineficiencia en el gasto público han profundizado sus graves problemas.
Resulta inaudita la falta de medicamentos para atender a pacientes con cáncer, VIH, entre otras enfermedades. Más aún, México es el país con mayor número de defunciones de personal médico ocasionados por el Covid, resultado del subejercicio del gasto en salud. Durante los momentos más álgidos de la pandemia, el gobierno gastó 4% menos de lo presupuestado.
Una política contracíclica para la recuperación
El Presupuesto de Egresos debe implementar una política contracíclica que permita la recuperación del sector productivo. La pérdida de empleo formal que hemos experimentado no tiene precedentes. Para recuperar el más de un millón de empleos perdidos se requieren de recursos presupuestales extraordinarios. El Presupuesto debe de contemplar recursos para incentivar la contratación de empleo formal. De no hacerlo, el resultado será un agravamiento de la informalidad.
Nosotros hemos celebrado los presupuestos balanceados y ortodoxos que ha elaborado esta administración. Pero hoy vivimos tiempos extraordinarios que nos obligan a tomar acciones extraordinarias. Aferrarse a toda costa a no adquirir deuda resulta un sin sentido. La implementación de un programa robusto de recuperación del empleo, equivalente al 1% del PIB, implicaría menos del 15% de la línea de crédito que ya se tiene contratada con el Fondo Monetario Internacional.
El Presupuesto, herramienta para recuperar la confianza y la inversión
El Paquete Económico resulta la mejor oportunidad para recuperar la confianza, sobre todo en la política energética. El Gobierno debe dar menos prioridad al gasto público en el sector energético, lo que tendría el doble efecto positivo de liberar recursos para la economía y la salud y abriría al sector a la inversión privada.
Actualmente, la inversión pública se encuentra en niveles históricamente bajos. Además, está sumamente limitada ya que uno de cada dos pesos que se invierten van a PEMEX. Mientras tanto, durante el primer semestre de este año, la petrolera estatal perdió 3.3 mil millones de pesos al día. El Proyecto de Presupuesto debe de plantear una inversión pública diversificada en sectores como agua, transporte y salud que han sido olvidados en los últimos años, y que podrían convertirse en un vehículo para detonar inversión privada.
Se requiere una austeridad más razonada
Desde el inicio de la presente administración hemos apoyado la encomienda de reducir los gastos innecesarios del gobierno. Sin embargo, con el paso de los meses la idea de austeridad se ha llevado al extremo hasta asfixiar las capacidades del Estado. Los recortes del 75% al presupuesto de operación a las secretarías y organismos del gobierno las han dejado prácticamente inoperante en varias de sus funciones.
Debemos estar atentos a que el presupuesto no sea utilizado con fines políticos electorales. Con el pretexto de la austeridad, se amenaza y presiona a los organismos autónomos, siendo que uno de los principios de la autonomía radica en su capacidad financiera. Nos referimos particularmente al INE. Atentar contra su presupuesto –en un año en el que celebraremos las mayores elecciones de nuestra historia— implicaría un debilitamiento del Estado de Derecho.
Cierre
No se trata de un juego retórico. Enfrentamos la mayor crisis económica en un siglo. La sociedad toda en su conjunto, pero especialmente el Gobierno Federal y los legisladores, deberán hacer frente a este enorme desafío. El País requiere de servidores públicos a la altura de la circunstancia. Está en sus manos convertir el Paquete Económico en un instrumento para la urgente recuperación o en uno que prolongue el deterioro.