Se preparan Pachuca y Al Ahly por el boleto a la final intercontinental
GUADALAJARA, Jal., 31 de julio de 2021.- Un altísimo nivel colectivo. Luminosas actuaciones individuales. Inspiración en cada poro de la piel. Golpes contundentes en momentos perfectos. Capacidad de sobrellevar el sufrimiento en momentos de apremio. Una tremenda actuación actuación de México para golear por 6-3 a Corea del Sur. Ahora, el conjunto Tricolor se encuentra en Semifinales y luchará por subir al podio en el futbol de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Al término del encuentro ante Sudáfrica (3-0), último de la primera fase, Guillermo Ochoa levantó la voz enfrente de todo el grupo: “Estamos a un partido de oler las medallas, cabrones”. Y el equipo dio ese paso que su capitán pedía. Hoy huele de cerca las preseas. Al menos peleará por el bronce. Pero no hay razón para conformarse. Nadie puede negarle a los de Jaime Lozano el derecho de soñar. El martes (03:00) enfrentará a Brasil por el pase a la Final.
Llegar hasta aquí no ha sido para nada sencillo. México tenía en contra la historia: cinco partidos en Juegos Olímpicos ante Corea del Sur, tres derrotas, dos empates, ni una sola victoria, el último gol en 1948. Y había también otro factor, para nada menor, a superar: la propia capacidad de un adversario que juega muy bien al futbol.
De entrada, había dudas por la ausencia del suspendido Carlos Rodríguez. Su lugar en medio campo lo tomó Joaquín Esquivel. Y el equipo funcionó como eso, como equipo. Sebastián Córdova dio aviso de la grandísima actuación que tendría apenas al minuto 9, con un taconazo que habilitó a Alexis Vega. El rojiblanco metió la redonda para Luis Romo que le pegó como venía, desvió la defensa. Llegó de nuevo a Vega, pero estaba en fuera de lugar.
Sebastián Córdova cuidó la pelota y cedió para Alexis Vega. Gigantesca jugada del jugador de Chivas: acelerador a fondo por izquierda, freno de mano para recortar, centro pasado a segundo poste. Luis Romo apareció y con la cabeza puso la pelota al centro. En el área chica, Henry Martín solamente tuvo que empujar con un testarazo al fondo de las redes. México tomó ventaja en el Estadio Internacional de Yokohama, apenas al minuto 11.
Pero enfrente, dicho está, había un rival capacitado. La respuesta fue brava por parte de Corea del Sur. Al minuto 19, tras un balón que perdió México, escapó por izquierda Jingyu Kim y puso la pelota al centro. Fuera del área, controla Donggyeong Lee, hizo un amague y recortó ante la marca de Luis Romo. Soltó un zurdazo potente y con gran efecto. Guillermo Ochoa voló, pero la pelota entró en el ángulo para el 1-1. Golazo asiático.
Entonces se puso a prueba otra cualidad de este equipo: la capacidad de sufrir. Al ‘24, Donggyeong Lee entró al área entre defensores mexicanos, hizo un recorte y soltó un derechazo al poste más lejano, que pasa apenas a centímetros del arco. Cuatro minutos más tarde, Uijo Hwang pisó el área por izquierda, tras una pelota profunda. Le marcaba Johan Vásquez y encontró el resquicio suficiente para sacar el tiro raso que pasa apenas por un lado.
México no lo pasaba bien sobre el terreno de juego. Eran momentos de apremio. Pero este equipo sabe cuándo pegar. Apareció el genio de Alexis Vega. El rojiblanco recibió cerca de la línea de banda izquierda, tiró un túnel para quitarse la marca. Levantó la mirada y mandó un centro perfecto a la espalda de la defensa. Luis Romo llegó exacto, controla con derecha, definió con izquierda, sin dejarla caer. El disparo cruzado supera al guardameta para el 2-1. Golazo de México, al ‘29.
El momento era de México y había que aprovecharlo. Uriel Antuna persiguió un centro dentro del área. Recibió un empujón de Yoonseong Kang y se marca el penal. Al ‘38, Sebastián Córdova tomó poco impulso. Impactó de pierna derecha, cruzado. Engañó al guardameta que se tendió al otro lado. Se movieron las redes con el 3-1. El americanista celebró acostado en el césped, recargado sobre su mano derecha, una celebración que recordó a Cuauhtémoc Blanco.
Pero Corea del Sur no bajaría los brazos. Y en los peores momentos, otro nombre brillo con luz propia: Guillermo Ochoa. Al ‘40, el arquero tapó un derechazo potente de Dongjun Lee. Enseguida, voló para desviar con la punta de los dedos un tiro libre de Donggyeong Lee que pegó en el travesaño antes de salir. Y segundos después, mandó a tiro de esquina otro disparo del talentoso Donggyeong Lee.
En el arranque de la segunda parte, el cuadro asiático se lanzó al frente. Violenta revolución que pretendía meterse de nuevo al partido. Y lo consiguió. Luis Romo intentó despejar de cabeza. Rebotó en Jinya Kim. La pelota le quedó dentro del área a Donggyeong Lee y soltó un zurdazo potente, imposible para Guillermo Ochoa. Fue el 3-2 de Corea del Sur apenas al ‘50. Aparecía el nerviosismo en los Cuartos de Final.
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