Iniciamos era de esperanza, amor y compromiso por Puebla: Armenta
ACAPULCO, Gro., 9 de junio de 2017.- Entre impotencia y llanto, el esposo de una de las víctimas que perdieron la vida en el ataque armado de policías comunitarios de la UPOEG, narró su versión de este acto de violencia, que dejó como saldo seis muertos y dos heridos.
Con voz entrecortada por el dolor, Jaime Javier N., quien es padre de la bebé de cuatro meses de edad y un joven de 17 años de edad, que se encuentran entre esta masacre, narró:
“Me dijeron que todos estaban muertos. Tengo tres muertos, mi esposa, mi hijo de 17 años y mi hija de cuatro meses, dicen que son los comunitarios que están en la carretera. Yo nunca tengo armas, no me gustan las armas; soy trabajador bajando cocos, trabajo día y noche para mantener a mi familia, cargo cocos hasta Boca del Río, llegó al tercer día con mi hijo el que me mataron”.
Agregó: “Además tengo dos heridos en el hospital, iban graves, mi hijo Alberto tiene 11 años, llevaba un balazo en la boca del estómago y mi hija tiene ocho años. Los comunitarios de acá son los que hicieron el desmadre, yo estaba trabajando”.
Destrozado por la partida de su esposa e hijos, que quedaron abatidos en su casa, José Jaime vestía una camiseta blanca y un rosario de hilo negro en el pecho, “si yo tuviera problemas me hubieran matado a mí, no a ellos, ellos que culpan tienen. Yo no les he hecho nada, no sé porque se vinieron para acá a ensañarse feo con mi familia”.
De acuerdo con testigos, policías comunitarios de la UPOEG irrumpieron en otro domicilio, madre de una de las víctimas que fallecieron en ese predio, donde robaron 20 mil pesos, además de tirar diversos artículos de su casa para después quemarlos.
Sigue leyendo en Quadratín Guerrero