Ambiente fresco y despejado en Querétaro
“Sabes, mamá, me da miedo perderte, pues tengo muchas cosas todavía que vivir contigo”. La enfermera hace lo posible por no quebrarse y continúa leyendo la carta que familiares han enviado a una de sus pacientes que luchan contra el Covid 19.
Una voz parda escapa de entre el cubrebocas y la careta plástica que protege a la enfermera de contraer el virus que hasta este lunes 10 de agosto ha contagiado a más de 4 mil 600 queretanos y que ha cobrado la vida de casi 600 personas.
“Todas las noches hacemos oración pidiéndole a Dios que te dé pronta recuperación en tu salud para volver a verte en casa. Eres una mujer fuerte que no se va a rendir, porque nos haces falta mucho, mamita”.
Silencio sepulcral. Un beep en un bucle infinito interrumpe la quietud de este lugar. Adherida en el cristal, una imagen de la Virgen de Guadalupe custodia uno de los módulos del Hospital General donde son atendidos la mayoría de los pacientes por Covid-19 de Querétaro.
Las restricciones son la constante. Desde las afueras una cerca limita el acceso al hospital. Policías estatales orientan a quienes llegan a pedir informes al nosocomio, mientras elementos de seguridad privada controlan el acceso al personal y proveedores.
Familiares de pacientes esperan informes a las afueras del inmueble. Cerca del mediodía reciben noticias de sus seres queridos, momento en el que tienen la oportunidad de entregar alguna carta, la única forma en que pueden hacer llegar a sus familiares sus palabras de aliento, expresiones de cariño, noticias del mundo exterior.
Los protocolos de seguridad sanitaria son estrictos, extremos. Todo aquél que ingrese al hospital debe portar el equipo adecuado: cubrebocas N95, cofia, guantes, googles, batas y botas. Si se accede a las zonas Covid, las medidas se intensifican aún más, pues es necesario utilizar –al menos– un overol con gorro, doble capa de botas, bata, pantalón, googles, careta y hasta triple capa de guantes.
La vida depende del uniforme, por lo que colocarlo y quitarlo es un proceso minucioso, ya que una mala maniobra podría contaminar el cuerpo, la ropa y llevar el virus afuera del hospital.
Al colocarse el uniforme el gel es el mayor aliado y debe cubrir todas las manos e inclusive las muñecas. Primero se frotan las palmas de las manos. Luego con la palma de una mano se frota la dorsal de la otra y el acto se repite con la mano contraria. También se frota entre los dedos de ambas manos y después se colocan cuidadosamente los guantes.
Cada vez que se manipula un nuevo elemento hay que repetir el proceso con gel. Frotar palma con palma, palmas con dorsos, entrelazar los dedos, tomar la cofia, desenrollarla y sujetarla desde la frente hasta la nuca, cubriendo toda la cabeza.
Gel. Palma con palma. Palma con dorso. Entrelazar dedos. Tomar googles y colocarlos bien ajustados con tal de proteger los ojos. Gel. Palma con palma. Palma con dorso. Entrelazar dedos. Tomar el cubreboca N95 y colocarlo sobre boca y nariz.
Cortesía de La Lupa