Muere Quincy Jones, productor de éxitos de Michael Jackson y Sinatra
QUERÉTARO, Qro., 2 de noviembre de 2017.- “Imploro las oraciones de todos los que me amaron, de todos los que me conocieron” enuncia una de las tumbas que destaca de entre las otras por la ausencia de música y de flores. La ausencia que solo recuerda que vivir en la memoria no es para todos y que a muchos solo se les permite yacer en el olvido.
Se acerca el medio día en el panteón del Cimatario, el color de las flores viste de anaranjado, rosa, blanco y morado todo el camposanto. Pero entre todos esos colores se asoma sin poder evitarlo el gris de la losa que permanece intacta, sin ningún rasguño siquiera, pues para recibir el polvo también hace falta ser recordado.
Fernando, Jesús o Rosa no recibirán visitas hoy, el 2 de noviembre sí es de los muertos pero no de todos los muertos sino de aquellos que habitan la vida a través de quienes no olvidan, y a algunos ya los olvidaron.
Contrario a lo que honra esta fecha, muchas tumbas permanecen sin compañía, contrario a lo que se piensa no todos reciben música o llanto y contrario a lo que se espera no habrá flores que adornen el mármol.
Elvira Aguilar, es una de esas personas que aún recuerda y desde hace 4 años visita a su esposo cada día de los muertos, pero ella también nota que hay difuntos que parecen olvidados y los hace nuestros, y entonces visita a una o dos lápidas y les reza o les pone una flor porque “son nuestros muertos”, dice Elvira, “son nuestros olvidados”.