Libros de ayer y hoy

                     El Tren Maya y los detractores: si saltas pierdes y si  no, perdiste
                                                             Teresa Gil
                                           laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

Pese a todas las intenciones de su detractores, el Tren Maya va en proceso de construirse. Pronto escucharemos su silbato. Comunidades indígenas que se han reunido por varias semanas -después de un proceso de varios meses-, han dado la vía libre a ese proyecto. Según los informes, votó el 70 por ciento de las comunidades convocadas, de las cuales el 93 por ciento aprobó la obra. Volverá a silbar el convoy de acero 22 años después -desde 1997-, de que decidió su extinción Ernesto Zedillo Ponce de León y lo canceló definitivamente en 2001 Vicente Fox Quezada. Es cierto que algunos silbatos retumban por las Barrancas del Cobre cuando pasa don Chepo en Chihuahua y que hay multitud de trenecitos que funcionan local y a veces particularmente como viejas reliquias y están los trenes urbanos y suburbanos, mientras en el mundo el tren ha sido puesto entre los medios de transporte más importantes, si es que no el principal y hay países que tienen metas para convertir cada espacio de sus caminos -y a veces laderas-, con ese caminante intrépido que se arrastra como un enorme caimán.
¿Por qué desaparecieron en buena parte al ferrocarril en México? se preguntan expertos. Y se recuerda que pese a ello México ocupa el lugar 8 en el mundo por el trazado de vías que tiene, 26 mil 704 kilómetros. Mientras los grandes países se enriquecían a partir de este transporte – en América Latina el país más avanzado al respecto es Argentina- los gobiernos torpes como los que hemos tenido dejaron que ese transporte se hundiera y finamente en lo esencial desapareciera. La aprobación del Tren Maya, con todo y su controversia, da una gran esperanza.

TRES CRÍTICAS FUERTES LE HAN HECHO AL TREN MAYA. NADA LES EMBONA
Dos grandes proyectos han enfrentado y contradictoriamente acercado a la derecha y a sectores de la izquierda y la ultraizquierda: el NAIM y el Tren Maya. Y curiosamente los actores participantes provienen de los mismos sitios respectivos. El NAIM ha desaparecido con las complejidades que se han dado y que todos conocemos. El ajuste al presupuesto del Tren Maya ha sido un punto crucial para sus críticos entre ellos los propios inversionistas. La agresión que supuestamente se dará al medio ambiente todavía se discute. Pero el que encubre cuestiones ideológicas y se lanza contra las presidencia actual, es el que señala que se convertirá en un negocio para transnacionales y grandes empresas privadas del país, que abrirán la puerta a los países que han querido apoderarse desde hace tiempo de esa zona. Un análisis de ese tipo de Carlos Fazio, anunciado en primera plana de La Jornada el 16 de diciembre, tiene ese enfoque con datos que el uruguayo-mexicano ha venido publicando -a veces en serie-, desde hace tiempo. Todos esos aspectos han sido analizados. En el primer caso se hizo un aumento al costo inicial. El propio director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) Rogelio Jiménez Pons, ha dicho que hay trenes que han costado más baratos en Sudamérica, pero que son más lentos. Sobre el medio ambiente se creo una campaña -que no ha parado- en la que se mostraban imágenes de zonas boscosas incluidas en el trayecto del tren y rebatidas en su momento con mapas y datos en la mano. El tercer caso, que lanza advertencias catastrofistas sobre ese proyecto, no ha ofrecido de parte de los críticos una alternativa. Una de sus observaciones es que originalmente no se haya consultado al medio indígena por cuyas tierras pasará el tren y que son las que peligran según ellos, en un proyecto que era eso y estaba incluido en una campaña electoral. El problema ha tratado de subsanarse con la consulta del 14 y 15 de diciembre aprobada con condiciones por las asambleas indígenas a las que de todas maneras, los críticos les han puesto pero. Nada les embona, diría alguien de pasado. Si saltas pierdes y si no, perdiste.

EL RETORNO CON ENFOQUE MODERNO, DE UNA CULTURA QUE HABÍAN CERCENADO
El tren es visualizado desde la época juarista y se consolidó en el porfiriato, cuando ese tipo de transporte había interrumpido en el mundo y era preciso entrar en la época para comunicarse en un país de un millón 964, 375 kilómetros. El tren, privatizado por Porfirio Díaz, fue nacionalizado por Lázaro Cárdenas, pero antes, tuvo un papel fundamental en la Revolución Mexicana

Yo soy rielera tengo mi Juan
El es mi encanto yo soy su querer
Cuando me dice que ya se va el tren
Adiós mi rielera ya se va tu Juan

Tengo mi par de pistolas
con su cacha de marfil
para agarrarme a balazos
con los del ferrocarril

El tren creo una cultura de todo tipo que se extiende en obras reconocidas, como El rey viejo de Fernando Benítez sobre el terrible y trágico viaje final de Venustiano Carranza. En 1987, Ferrocarriles Nacionales editó una libro investigado por Antonio Avitia Hernández, Canciones y Corridos Ferrocarrileros que contiene más de 30 de esas canciones y corridos que se fueron configurado en más de 18 décadas de funcionamiento del tren mexicano. Pedro Infante, cantaba una:

Soy un tren sin pasajeros
que se pone pobre y triste
por los males del olvido
Pobre tren tan perdido
quien lo viera tan bonito
hoy que todos me han dejado
cuando pobre y nada valgo.

Y de todo se hizo en los trenes, asaltos, robos, enamoramientos, batallas, envíos contra el enemigo, etcétera, pero algo que más brilla en la historia es la gran hazaña en la que dio su vida el héroe de Nacozari, Jesús García, el 7 de noviembre de 1907. Muchacho de menos de 26 años, se levanta glorioso en los monumentos que le hacen a él en Sonora y a la máquina que al estallar lejos, por su hazaña, salvó miles de vidas.

Máquina 501, la que corrió por Sonora
Por eso los garroteros el que no suspira llora.