Libros de ayer y hoy
México ya no verá en su tierra al Penacho de Moctezuma. La obra de más de cinco siglos, valuada en 500 millones de dólares, no puede regresar a su país por su propia delicadeza estructural. Conmemorar 200 años de una fecha fundamental, como es la independencia de un país invasor, conmueve no solo a ciudadanos del mundo sino a los gobiernos que alguna vez estuvieron sometidos a un yugo. Ante la pequeñez del gobierno francés omiso en defender nuestras piezas históricas, el de Italia permitió que a nivel mundial se conociera un detalle de solidaridad con un país que tiene en su pasado una gran historia. Impidió la venta de parte de ese pasado mexicano y rescató las piezas que iban a ser vendidas al mejor postor. Su jefe de carabineros Roberto Riccardi, engalanó con su presencia las fiestas de este bicentenario. En estos momentos en los que toma trascendencia refrendar la importancia de nuestro gran pasado, y ante el saqueo indiscriminado surge siempre la pregunta sobre el Penacho de Moctezuma tan debatido y se pone énfasis en la forma como muchas piezas fueron a parar a manos de empresas subastadoras si se supone que estaban en manos oficiales ¿Se ha investigado la responsabilidad de los que tuvieron en sus manos esas riquezas?
POR SU DELICADEZA, DIFÍCIL QUE EL PENACHO REGRESE A MÉXICO
Quinientos años se le fijan al famoso Penacho de Moctezuma y su existencia tiene un gran recorrido histórico en Europa, cuya presencia se menciona en varias hipótesis. Una de ellas como un regalo de Hernán Cortés a Carlos I, tras el presente que se supone le hizo el propio Moctezuma. Aunque otros hablan de un apoderamiento. Otra hipótesis se refiere de un ataque de piratas que llevaron al mentado plumaje a Austria donde se empieza a exhibir en 1889 en el Museo de Historia Natural. Un reportaje muy amplio al respecto publicó Este País el 18 de noviembre del 2020, realizado por Daniel Salinas Córdova. La que es considerada una pieza de arte única en el mundo y está valuada en 500 millones de dólares, fue llevado en 1928 al Museo de Etnología en el Palacio de Hofburg en Viena y se empezó a exhibir en 1935. Como se ha visto en su reproducción en el Museo de Antropología, es de color verde intenso, formado por plumas de pájaros diversos, 450 de ellos de Quetzal. Mide 116 centímetros de altura y 175 centímetros de ancho. Está armado con varillas y fibras vegetales. Aunque algunos quieren crear polémica en torno a su origen, hay la evidencia de que aparte de las plumas de quetzal ave endémica de México, tiene plumas de otros 4 pájaros mexicanos y otras evidencias naturales. No solo AMLO ha solicitado el regreso, han sido varios gestores los que lo han hecho y desde Abelardo L. Rodríguez ya se había insistido en ese regreso. El gobierno austriaco se refiere en su negativa a la delicadeza de la pieza igual como lo que argumentó también el Vaticano para no enviar los códices mexicanos originales. Hay formas legales de recobrarlo pero es mucho el riesgo y el gobierno de Austria ha propuesto a México una propiedad compartida. Se esperaba un posible regreso para las fiestas del Bicentenario de la Consumación de la Independencia pero la situación mencionada lo hace difícil. Como dice Salinas Córdova en su excelente reportaje, hay que conformarse con tener en nuestro Museo de Antropología una copia exacta que hizo curiosamente un artesano de apellido Moctezuma.
EL BELLO GESTO DE ITALIA Y ALDOUS HUXLEY CON LA SONRISA DE LA GIOCONDA
Algo preocupante en esta época de grandes descubrimientos es que no existan sistemas de protección de grandes obras a las que deberían de tener acceso todos los públicos del mundo. Miguel Ángel Mancera se contentó con poner un video de la Sixtina en la visita del Papa Francisco. Lo curioso es que nuestras riquezas algunas de más de 500 años, andan de mano en mano por los países, al parecer sin sufrir demérito. Italia si ha soltado en algunas ocasiones a la Gioconda de Leonardo da Vinci. La debió haber visto en uno de sus muchos viajes a Italia el inglés Aldous Huxley. En sus escritos, muchos escritores y poetas, Byron entre ellos hicieron lo mismo, habla de ese país como de un sueño paradisíaco, una tierra del romanticismo y la aventura. Huxley, escritor, ensayista, conferencista, desenvuelve en Italia parte de La sonrisa de la Gioconda ( Los policíacos involuntarios, Editorial Arte y Literatura, la Habana 1981) aparecido en uno de sus libros La envoltura humana (1922). Es la descripción de una mujer misteriosa que tiene las características físicas de la obra de da Vinci, mujer extraña y peligrosa. Es un largo cuento que refleja la gran maestría del escritor nacido en Inglaterra en 1894, para describir a sus personajes y fijar la postura de un misógino que veía a las mujeres como especímenes de uso en un transitar de ellas, algunas en Italia donde se refugia en el relato, que lo hallaban atractivo· Es un rejuego interesante en el que es precisamente una mujer, la que describe como la Gioconda, la que cobra las muchas ofensas cometidas. Huxley es autor de la famosa obra Un mundo feliz, además Contrapunto, Esas hojas estériles, Nuevas visita a un mundo feliz, entre otros. Sus biógrafos siempre quedaron asombrados de su notable inteligencia. Murió en 1963.