Teléfono rojo
Que el cambio siga ¡FELIZ AÑO!
Un nuevo tiempo nos espera en el atravesar de la vida y aunque es difícil borrar el pasado reciente, nuevas esperanzas se vislumbran. El país, con todos los avatares que conocemos, está colocado en buen momento, un peso más firme, deuda disminuida y un presupuesto que en buena porción se reparte en los que más lo necesitan. Lo inmediato es el cambio que va a producirse en el Poder Judicial de la Federación y la espera es por un cambio real, efectivo, que desligue a ese importante poder de las viejas sospechas de la corrupción. El día 31 de diciembre que cierra la ventana definitiva de un año, todavía siguió con los resabios del ultimo desaguisado de la oposición: la acusación falsa de un plagio. Curiosamente la fecha de ayer envuelve una de las mentiras históricas más señaladas, la donación del emperador Constantino a un poder que ejerció y pretende ejercer la prepotencia y la potestad para dominar al mundo: la iglesia católica El último día del año se celebra a San Silvestre, el papa número 33 a quien supuestamente estuvo destinada esa donación falsa, que mientras se descubría, cimbró varios siglos, porque su efecto causó dominación, poderío y muerte. Hasta Dante la subraya en su Divina Comedia.
SAN SILVESTRE, POLÉMICO PERSONAJE QUE GOBERNÓ POR ENGAÑO
Las historias de los fraudes y las mentiras ocupan buena parte de los hechos ocurridos en los siglos y esa propia historia a veces mentirosa encubre situaciones que nunca existieron. Por eso se habla de que la historia la escriben los vencedores. Pero cuando la mentira cruza los siglos y dura más de mil años en ser descubierta, para entonces los depositarios de esa mentira ya se instalaron y en una especie de prescripción adquisitiva, reclaman el hecho falso. Eso suele ocurrir en el derecho común, incluso cuando hay una apropiación violenta. La historia de Silvestre el hijo de un trabajador pobre, que llegó a ser papa, se recalca porque apareció un documento en el que supuestamente el emperador romano Constantino uno de los primeros en asumir el cristianismo, le firmó al papa Silvestre una donación de poder, para dividir el poder que él tenía y la soberanía, no solo en Roma y en toda Italia, sino en otros países. De hecho incluyó todo Occidente. Silvestre vivió del 285 al 314, pero la donación que privilegió tanto su vida, como la de los papas sucesores, duró más de mil años, hasta que fue descubierta la falsedad en 1440.
DANTE Y NIETZSCHE PROFANOS, RECUERDAN AL SANTO DEL FRAUDE
Un religioso intelectual Lorenzo Valla fue el que descubrió que de ninguna manera la llamada donación podía ser legal. Se basó en el tipo de vocabulario que se usó más de mil años antes. Lo hizo en 1440. Se comprobó que fueron sacerdotes al servicio de papas, los que falsificaron el documento. En 1517, el propio Lutero lo denunció. Pero mientras, todo el papado posterior a Silvestre durante más de mil años vivieron a costa del documento apócrifo y ejercieron el poder por encima de emperadores y gobernantes de todo tipo. Se menciona que había algunos de esos gobiernos que se inclinaban ante los papas y les besaban los pies. En una secuencia de la Divina Comedia, Dante Alighieri se refiere al papa 33, como el hombre que gracias a un alto personaje llegó a ser uno de los más ricos. En otras partes también hace mención de él. Friedrich Nietzsche lo menciona en una de sus piezas musicales Eco de San Silvestre, partiendo de la adoración que se había extendido sobre el santo en esa época, del que en realidad existen escasas referencias históricas del personaje. Como un contrasentido es adorado en las principales iglesias del mundo, católica, ortodoxa, armenia, anglicana, etcétera. Pocas dan relación de su vida, como no sea el hecho de que por una donación falsa, muchas de ellas pudieron alegar bachichas similares de poder, en el mundo. Nietzsche al menos aprovechó su poema, para darnos entre una de sus 70 composiciones, su Oración a la vida, con las que les deseo muy feliz año:
ORACIÓN A LA VIDA
Ciertamente así ama un amigo a otro,
como yo te amo a ti misteriosa vida.
Si en ti me alegré y lloré,
si me has dado sufrimiento o placer,
así te amo vida, con tu felicidad y tus penas.
Y cuando tu hayas de aniquilarme
dejaré tus brazos con dolor,
con el mismo dolor con el que un amigo
se aleja del regazo de un amigo.