Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
La polémica sobre el maíz transgénico entre Mexico y Estados Unidos ¿se habrá resuelto cuando los convocados a la décima Cumbre de Líderes de América del Norte se reúnan los días del 9 al 11 de enero próximo ¿O andarán por ahí alterando la reunión las patitas de Gregorio Samsa ya convertido en un insecto? Franz Kafka lo creería. La decisión del gobierno mexicano en torno a la negativa de sembrar maíz transgénico para la alimentación, no alcanza las importaciones de maíz amarillo para forraje. Pero al no entenderse se ha creado una polémica. Alguna vez preguntamos si los más de cien científicos -premios Nobel- de la Academia Nacional de la Ciencia de Estados Unidos, que avalaron en un documento los alimentos transgénicos ¿comerán en sus cenas navideñas ensaladas fusionadas con alacrán y tarántula o harán lo que muchos políticos, alardear públicamente, para en su vida privada dar rienda suelta a sus placeres tradicionales? Esos científicos y los demás que inmersos en la ciencia saben de esta inquietud de las personas comunes, se sonríen con sorna y quizá tildan de ignorantes a los que ven el asunto transgénico como algo elemental; pero aunque se burlen, la cruda realidad es esa: se están alterando organismos a partir de la fusión, cuyos efectos no están comprobados todavía. La otra parte, la de los científicos que conocen el problema y están en contra, así lo sostienen. Hay una seria metamorfosis.
AUNQUE AL PARECER HAY CONFUSIÓN, ONG PRESIONAN POR LA NEGATIVA
Greenpeace, uno de los organismos opositores a los transgénicos, ha advertido que el avance en esos cultivos en México, se realiza pese a las resoluciones normativas y que los verdaderos vigilantes de los cultivos tradicionales, los indígenas, no son escuchados y se les desplaza de la toma de decisiones. En una crónica de meses atrás, hablamos de la la miel de abeja, riqueza ancestral de algunas comunidades mayas, que está siendo rechazada en los principales centros importadores, Alemania sobre todo, porque dicen que está contaminada con soya transgénica. Sorpresivamente hace seis años, Cuba anunció que a partir de 2017, cultivaría a nivel masivo maíz y soya transgénicos. Eso fue un golpe para las ONG y grupos comunitarios que se oponen en México al cultivo transgénico del maíz y de cierta manera cambia el concepto de algunos cubanos acerca de nuestro alimento ancestral, insertos ellos en el arroz chino y español. Un ex director de Prensa Latina en México, invitado a mi casa a comer pozole, opinó despectivamente que “el maíz es un cereal de engorda”. Pero conociendo la perspicacia de los científicos cubanos, su gran capacidad y la búsqueda real de mejorar la alimentación del pueblo, hay en su abierta posición, una esperanza que puede tranquilizar a los opuestos ¿Se podrán cultivar especies insufladas, sin que causen sospechas o repulsión y que realmente resuelvan el grave problema de la crisis alimentarias? Hay que estar atentos.
LA TRANSMUTACIÓN DE ESPECIES, PUEDE SER UNA METAMORFOSIS PELIGROSA
A lo largo de las décadas que lleva esta discusión sobre lo injertos y mezclas de especies, no ha quedado claro cual es el efecto futuro en el ser humano ¿Tendrá un resultado tan terrible como el ocurrido a aquel burócrata que una mañana se sorprendió al descubrir que había cambiado? La metamorfosis ( Alianza Editorial 2011, otras editoriales) es una novela corta que escribió Kafka en 1912 y que ha tenido todo tipo de interpretaciones. Gregorio Samsa despierta transformado en un monstruoso insecto y aunque sorprendido del cambio en el que no cree de inmediato, lo que realmente siente desde el punto de vista físico, es la dificultad para moverse. Sus reflexiones vuelan a la urgencia de regresar al trabajo para seguir manteniendo a una familia que al parecer está muy satisfecha de que alguien asuma su manuntención. El stress y la presión en la que se mueve un pobre viadante sujeto a la vigilancia y a la explotación, es lo que lo hace sentir un insecto, se ha dicho. Es la metáfora de un hombre desolado que está condenado a la incomprensión. La reacción de la familia es, no obstante, controvertida. A su sorpresa, horror y miedo del principio, aparece una resignación un tanto abusiva de lidiar con un insecto y la propia y querida hermana expresa su deseo de que desaparezca, que muera para que no siga estorbando; es una de las ideas de Kafka sobre la familia expresada en otras de sus obras. Los deseos de la hermana se cumplen sin que haya un verdadero auxilio para el pobre Gregorio y el relato se desliza hacia la esperanza, ya que una vez desaparecido el insecto -¿lo habrá utilizado Monsanto?-, las intenciones se centran en casar bien a la bella muchacha y desde luego, vivir de un yerno rico. En la lógica del escritor checo, -fallecido a los 40 años en 1924, después de haber dado a la luz pública obras como El proceso– acerca de un comportamiento común y corriente y muy propio de la miseria humana, la verdad es que hay poco de kafkiano.