Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Francisco Villa fue asesinado hace cien años. “Aproximadamente a las 8 de la mañana del 20 de julio de 1923, abrieron fuego sobre el automóvil en que viajaba acompañado de algunos colaboradores. Villa murió instantáneamente…” Hoy será el gran homenaje que el actual gobierno le rendirá, al que fue uno de los más significativos baluartes de la Revolución Mexicana y que encabezó a la que puede llamarse la más importante división de esa gesta, la norteña llamada DIVISIÓN DEL NORTE. En estos meses y semanas diversos personajes , sobre todo de la historia de México y de la propia Revolución, han enfrentado desde diversos enfoques la compleja y extraordinaria historia de este hombre singular que fue pilar revolucionario en medio de la disputa, la controversia y a veces la inquina de sus propios aliados. Pusieron en duda su gran personalidad, aunque no su destreza, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, pero en los tres resumaba el distanciamiento contra el hombre nacido en Durango, en 1878. Quizá por envidia, convencionalismo o censura. La personalidad arrolladora que llegó a impactar a la misma Europa, no era digerida por los tres caudillos que tenía otras miras. Pero singularmente, el que comandó la Revolución en sus inicios, Francisco I. Madero, siempre lo consideró cercano. Villa respondió también a ese gesto y se sumó a la lucha contra el traidor Victoriano Huerta, el asesino del coahuilense.
VILLA, UNO DE LOS PERSONAJES DE MÁS RIQUEZA HISTÓRICA
A lo largo de estos meses y desde que se declaró el 2023, Año de Francisco Villa, ha habido de todo en torno al personaje. Cuestionado por lo que se llama la violencia de su legado, mucha de ella añadida y aumentada por sus propios enemigos internos, ha sido abordada desde la perspectiva de un caso específico, como era lo que se vivía en grandes etapas de guerras, de ambiciones y de muchas traiciones, algunas de las cuales Villa tuvo que enfrentar, en determinado momento, le quisieron colgar acciones y muertes que él no había cometido en el deseo de atribuirle el dicho crea fama y échate a dormir. Pero el otro enfoque es más valioso, porque realmente se profundiza en él. Personaje histórico y lo que significó en su aporte al marco revolucionario, mucho de lo hacia quedó impreso en la actual Carta Magna. Escenas de las más diversas se han reseñado a lo largo de décadas sobre su profundidad humanística, su cercanía a los verdaderos desprotegidos y el acento primario en lo que buscaba la Revolución: hacer justifica a los desvalidos y explotados.
SE FUE PERFILANDO SU PRESENCIA EN GRANDES DISCUSIONES
Sobre Villa, se han escrito infinidad de libros, resguardados algunos en los Estudios Históricos de la Revolución Mexicana y recientemente con la nueva visión histórica del momento se ha publicado en varios medios sobre todo La Jornada en la que han opinado diversos especialistas con una postura moderna del caudillo. Dos de ellos, los historiadores Jesús Vargas y Pedro Salmerón. A partir de su muerte, fraguada por los traidores Melitón Lozoya y Jesús Salas Barraza, la historia de su vida fue de gran noticia, más cuando dijeron que su cabeza había sido robada de su sepulcro. Otra polémica se dio cuando fue propuesto su nombre en el Congreso, en la que apareció como inigualable defensor Lombardo Toledano y fue el 25 de noviembre de 1966 que su nombre empezó a relumbrar en letras de oro en la Cámara de diputados. Posteriormente, el 20 de noviembre de 1976, sus restos fueron llevados al Monumento de la Revolución, en el que están cuatro presidentes Madero, Carranza, Elías Calles y Lázaro Cárdenas, junto al gran guerrillero que fue Francisco, Pancho, Villa. La idea fundamental del homenaje que se le rinde por este año y en especial el 20 de julio día de su alevoso asesinato, es rescatar todo lo valioso que fue ese gran revolucionario, muchos de cuyos méritos han querido ser ocultados por enemigos o gente ignorante. Ante esa ignorancia, es precisamente que se abre este capítulo, para dejar a salvo todo lo que fue ese gran luchador. ¡VIVA VILLA!
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