Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
El fallecimiento de Porfirio Muñoz Ledo a 14 días de que hubiera cumplido noventa años, ha desatado todo tipo de comentarios, muchos de los cuales se expresaron en esta columna a lo largo de varios años. Su vida polémica lo merecía. Veamos por ejemplo su insistencia en ser presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) aunque según decía, su idea era ganar y ceder posteriormente el puesto a su segunda de a bordo Citlalli Hernández, mujer joven que ya llevaba inserta en sus declaraciones, las ideas de quien la promovía. Muñoz Ledo nunca fue presidente de la República aunque lo intentó y quizá le quedó la añoranza del presidencialismo. Su trayectoria con algunas variantes, se parece en mucho a la de Antonio López de Santa Ana, personajes relevantes ambos, correosos, conocedores de la materia que manejaban y con un grupo de aliados que los insertaban a lo largo de décadas, en las esferas del poder. En el caso del personaje del siglo XIX, había algunos que tomaban la presidencia por breve tiempo para guardársela al que fue presidente del país seis veces, en 1833 por primera vez y reelecto finalmente en 1847. La diferencia es que Muñoz Ledo utilizaba conceptos que no se rechazarían, como la defensa de los migrantes o de las feministas, como una fórmula muy propia de su viejo partido, para urdir en la mente de los gobernados una demagogia que se implantó en más de ocho décadas, con las herencias que conocemos. Los puestos relevantes del ex diputado por Morena han sido muchos y notables, no solo en el PRI desde la época de Gustavo Díaz Ordaz, con quien fue un funcionario que no ponía la barrera de la matanza del 68, para elogiar a su jefe meses después de esa represión y considerar su gobierno de altos niveles. En los siguientes regímenes, fue secretario de estado varias veces, presidente del PRI y representante de México ante la Unesco con Vicente Fox. Cuando emigró con la llamada Corriente Democratizadora hacia partidos de izquierda, no dejó de estar en puestos relevantes y desde luego dentro del presupuesto. En el actual sexenio fue diputado y en su momento dirigió la mesa directiva de la cámara. Fue él, como decano, el que le puso la banda presidencial a AMLO en la toma de posesión.
RETOMAR VIEJAS POSTURAS DEL PRIÍSMO, FUE UN MAL MENSAJE CON MUÑOZ LEDO
Con muchas dificultades se ha avanzado en este sexenio y el obstáculo mayor no son solo los opositores, su palabrería y amenazas. Es la idea absurda, no digerida incluso en personas pensantes que están en la 4T, de los que creían en un milagro que se daría en la anunciada transformación. Algunos de los firmantes de los 650 que lanzaron una carta para criticar al régimen el año anterior, votaron por este gobierno y están decepcionados porque México en algunos sentidos, según ellos, sigue igual. La barrida es lenta y con muchas objeciones. Y si volvemos a Muñoz Ledo que tuvo tribuna preponderante en determinados momentos, a diferencia de otros morenistas notables, usó viejos métodos para defenestrar. Acusó de la manera más abrupta y agresiva a funcionarios del régimen como Marcelo Ebrard y causó polémicas y molestias, cuando los enfrenamientos de los contrarios se agudizaban aunque fuera solo con tienditas solitarias en el Zócalo. Si bien desde que llegó acompañado por Cuahtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Rodolfo González Guevara, tuvo tiempo en la izquierda, Muñoz Ledo representó el priísmo que hemos querido desaparecer y surgía siempre, como el dinosaurio que está ahí. Cosas le conocimos para asegurar eso.
A LA 4T ¿EL PASADO DE PERSONAJES LE ABRIÓ LOS OJOS COMO A PEGGY SUE?
La 4T se ha topado con algunos personajes que representan el pasado. Pero a veces hay que recorrer camino a la inversa para detectarlos. Uno de ellos fue Muñoz Ledo. Una bella y siempre presente historia, es la que se cuenta en la canción Peggy Sue de Buddy Holly, en 1957. Un rock en sus inicios que ha sido considerado Himno Internacional del rock, grabado por muchos, entre ellos John Lennon, en 1975. Francis Ford Coppola la tomó para hacer su pelicula de 1986, a partir de la canción cuyo autor murió a los 22 años en un accidente. Lo curioso es que la historia siguió, porque la verdadera Peggy Sue que era amiga de Buddy, escribió la historia de la canción en 2008. Su libro se llamó ¿Que pasó con Peggy Sue? memorias de Buddy Holly. Peggy que se apellidaba Gerron Rackan, murió a los 78 años en 2018. Peggy fue agredida y demandada por la viuda de Buddy, pero fue defendida y es considerada la verdadera musa. Mencionamos este tema porque la canción, la película y el libro se refieren a ese pasado al que regresa la muchacha huyendo de los convencionalismos de 1985 y se encuentra en los años sesenta con otro más terrible conservadurismo, una moral restrictiva y todo lo que se esconde en esa doble moral. Con algunos personajes, aún llenos de controversia en su pensamiento a veces lúcido, nos topábamos de pronto con un pasado que creíamos superado. Es lo que nos pasaba con Muñoz Ledo. En otros casos podíamos reconocer que algo se había hecho. Al regreso a su época, Peggy se da cuenta que aún con críticas, en algo se había avanzado. Pero el terrible pasado nos ronda con una oposición beligerante que se está agarrando de todo para recuperar canonjías. El pasado siempre está al acecho, aún en personajes de trayectoria, como Porfirio.