Líneas Quadratín
Un tamalito a Trump, para calmar sus ansias
México dio al mundo el tamal de maíz hace más se siete siglos, pésele a quien le pese. Y no es supérfluo. Como no lo es hablar del pan de trigo antidiluviano en otros continentes, como base de la alimentación. México, como una gran cultura, tiene tantas cosas, que medio mundo ha querido avasallarse con sus riquezas y presentarlas como propias. Lo han querido hacer con el aguacate ahora tan demandado, con el tomate, la vainilla, el chocolate y multitud de cosas nuestras que por el nombre de origen náhuatl se identifican. Repetiríamos aquí, para nuestro país, la frase de Rostand aplicada al Cyrano de Bergerac: “Todo me lo quitareis, todo, la espada y la rosa, pero quédame una cosa que arrancarme no podréis: ¡El sello de mi grandeza!”
LA FIESTA TAMALERA SE LA QUIERE ADJUDICAR LA IGLESIA CATÓLICA
Después de varios siglos de comer tamales, nos despertamos un día con la noticia de que éstos son parte de la festividad de una santa de la iglesia católica, La candelaria. Es muy común que esa iglesia, después de ver festividades en los pueblos ( ocurrió como ya lo hemos publicado con el Niño Pa, de Xochimilco, la festividad de las mulas a la que le adjudicaron el jueves de corpus, entre muchas) las inserten en un día religioso sin importar sus orígenes. Ya desde épocas lejanas coloniales, Fray Bernadino de Sahagún señalaba en su libro Historia General de las Cosas de la Nueva España (Editorial Porrúa junio 2019), que el tamal era un alimento común en los naturales y los surtían con todo tipo de elementos para darle buen sabor y nutrición. Se refiere a rellenos de espiga, musgos, gallinas, hongos y un sinfín de cosas que ya presagiaban en lo que se ha convertido este delicioso pan de maíz relleno.
LA SECRETARÍA DE AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL LES HACE PROPAGANDA
Ya desde 2021 la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, le daba impulso a los tamales señalando que en México se consumen a nivel individual 335 kilogramos de maíz en promedio, entre ellos en el consumo de tamales. Estudios de la UNAM rebaten con 196.4 kilogramos. Independiente de eso, la mencionada secretaría recuerda nuestros buenos tiempos del maíz en donde la gran generadora, Sinaloa, llegaba a cultivar anualmente 6 millones 40 mil toneladas. Y de paso cae en ese malinchismo muy propio de algunos mexicanos que le ponen a nuestros guisos el origen extranjero, al señalar que gracias a los europeos les empezamos a poner grasa a los tamales. La reducción del maíz que ahora conocemos no impedirá a los mexicanos cocinar todo tipo de tamales este dos de febrero y obligar a los que se sacaron el niño en la rosca de reyes (otra festividad robada por los curas) a cubrir dichos tamales como sanción. Ya festejaremos como los aztecas el atamalcualitztli, para que la diosa del maíz la bella Xilonen, nos recuerde