Líneas Quadratín
Educación por la paz. El tamaño de los libros
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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) creó El Día Internacional de la Educación el
24 de enero del 2018, con el propósito de impulsar la paz y el desarrollo. La fecha es muy
reciente y hasta el momento, por desgracia, el fin no se ha logrado; los datos están a la
vista. Pero en ese propósito en el que hay todo un buen programa, vale incorporar la lectura,
el conocimiento que finalmente pese a los intereses, es lo que acerca a los seres humanos.
Dejando por lo pronto el contenido de esos libros, que es realmente lo que importa, iré de
momento a su tamaño, para ver de que manera ese contenido influye en el valor del conocer.
Un bromista diría que Monterroso se hizo famoso solo con una frase que es lapidaria y da
mucho norte: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”, pero no hizo sino limitar
los contenidos porque hay libros amplios y surtidos de páginas, que enseñan muy poco. Que
no son la generalidad por fortuna. Cada libro tiene opciones, una de ellas dejar de leerlo.
Otros, desear que hubiera sido más amplio.
EDICIONES MUY AMPLIAS Y PESADAS PUEDEN ALEJAR AL LECTOR
No se si será crisis editorial la que lleva a muchas editoras a imprimir libros muy surtidos,
muy gordos. A veces parte de la obra de un autor prolífico aparece en un tomo de esos, difícil
se leer con ese peso, en la cama. Acabo de comprar la selección de relatos de G. K.
Chesterton que con 27 relatos, el libro tiene ¡511 páginas! Imagínense el peso. Claro que
hay opciones, la mesita de noche, el escritorio, la mecedora, la silla del parque. Pero el peso
es el mismo. Por fortuna hay viejas ediciones más pequeñas de ese gran autor inglés y
muchos más de otros que están en la misma situación. Hay libros que ya son gordos de
origen y no hay para donde hacerse, es el caso de el Quijote cuando se juntan las dos
partes, de la Biblia, de leyes recopiladas en códigos y más. La editorial Aguilar solía publicar
(no se si ahora) muchas obras como estas de grandes escritores y los editaba en papel
cebolla, con letra muy fina. Yo tengo muchos que compré en abonos, pero algunos pesan
demasiado. En forma casi de un cuadrado compré hace poco, también un compendio de
Stefan Zwieg, el escritor antifascista que huyendo de Hitler, se suicidó en Brasil. De la obra
periodística de Gabriel García Márquez, pongo de ejemplo el libro número tres, ¡con
741páginas! de las cuales solo el índice alfabético tiene 14 páginas. Esos y muchos más,
muy interesantes y apetecibles, pero muy pesados. Piedad para el que lee aún, en el papel.
EL LIBRO CHICO APARECE EN ESCENA, PARA CONSUELO DEL LECTOR
He visto en los últimos tiempos muchos libros impresos con un solo tema, breve, que ocupan
pocas páginas. El jurista y escritor Alejandro del Palacio, me trajo a regalar alrededor de sus
más de 40 libros escritos por él, y en su mayoría son ediciones de pocas páginas que
desarrollan un solo tema. Una editorial que insiste mucho en ese tipo de ediciones es
Tintanueva y el propio director Federico Corral Vallejo que ha escrito alrededor de 50 libros,
da el ejemplo. He leído algunas de sus ediciones que no rebasan las quince páginas. Es el
caso de Pequeños amigos de esa editorial, del 2020, cuya autora Lucía Reyna Gutiérrez
incluye cuatro breves cuentos. Ella es de la capital egresada del IPN y ha sido premiada en
el concurso nacional de cuento de la propia Tintanueva. En esa misma situación de ganador
está el cuentista tamaulipeco J. R. Spinoza, con Mantenerlos a raya (enero 2023) con 46
páginas. De esa editorial menciono 15 relatos y poemas en prosa de Mayra Paredes, en un
libro de 30 páginas, Vértebras Itinerantes. Federico utiliza más páginas, 82, en A Capella
440, de 2014, para dar entrada a 79 poemas. Casi coincide con las 84 páginas de la ínclita
Sor Juana Inés de la Cruz en su famosa obra Respuesta a Sor Filotea de la Cruz
(Diversidad Gráfica S. A. de 2010) con 84 páginas. Aunque le agreguen 10 páginas solo de
notas.